Homilía Te Deum 2021

Esquema general Homilía Te Deum

18 de Septiembre 2021, 10 am.

Catedral de Concepción, Chile.

+Fernando Chomali G.

Arzobispo de la Santísima Concepción

 

  1. En este día de acción de gracias por Chile en que celebramos un aniversario más de la Junta Nacional de Gobierno y con ello el inicio del camino hacia la total independencia, así como también las glorias del Ejército de Chile, invoco a Dios todopoderoso en este lugar sagrado, la Catedral, emplazada en el corazón de la ciudad de Concepción. Lo invoco con la fe que hay en este bendito pueblo creyente que se manifiesta con fuerza a través de Jesucristo, la Virgen María y San Sebastián en nuestra región.

 

Oración

 

  1. Por los fallecidos por el Covid 19. Son muchos en el mundo y en Chile. Nos duele cada uno y rezamos por ellos y sus familias.
    1. Un recuerdo especial al Dr. Carlos Grantt, gran médico y director del Servicio de Salud de Concepción fallecido en plena pandemia. Pido un minuto de silencio por él.
  2. Por los fallecidos por la violencia que acampa en Chile.
    1. Es un momento para recordarlos a todos, sin excepción: Civiles, uniformados, hombres, mujeres y niños, chilenos y migrantes, de pueblos originarios y de otros pueblos. No olvidemos nunca que la vida es sagrada, hay que cuidarla siempre y bajo todas las condiciones. Todos tenemos en común la pertenencia a la única especie humana, para los creyentes, obra de Dios, prodigio de sus manos y con una dignidad sin igual, única e intransferible. La violencia es un fracaso de la sociedad porque fue incapaz de resolver los conflictos y situaciones de injusticia que se arrastran por siglos, con el diálogo, la razón, la buena fe, la verdad, la justicia y la reparación.
  3. Por aquellos que, producto de la pandemia, perdieron sus trabajos y tuvieron serias dificultades para alimentar a sus familias. Uns oración especial por las madres jefas de hogar que se sacaron el pan de la boca para dárselo a sus hijos.

 

Acción de gracias

 

  1. Por el éxito de los procesos eleccionarios de constituyentes, alcaldes y concejales. Impecables, dignos de felicitar a todos quienes participaron en el proceso. Ejemplo de democracia. Analizar el motivo de la baja presencia de votantes será tema a abordar.

 

  1. Por los Servicios de salud en Chile. Ejemplo de organización, de generosidad y de vocación. Tenemos una red asistencial que cualquier parte del mundo se la desearía y profesionales altamente competentes. Es bueno reconocer el esfuerzo que hice el Estado para ayudarnos a salir de este flagelo que nos golpeó tan duro. Vivimos tiempos sin igual, de carácter planetario y con muy pocos conocimientos y menos preparación. Se hizo lo humanamente posible, de buena fe y pensando en el bien de Chile. Negar aquello es una injusticia.
  2. Por las Fuerzas Armadas, de orden y seguridad pública. Realizaron un trabajo admirable al servicio de la sociedad. Gracias. Sus desvelos los vimos y también el sacrificio de sus familias. Una mención especial a Gendarmería de Chile que tuvo que lidiar con la pandemia en una situación muy compleja puesto que los internos están privados de libertad, pero no de dignidad y del derecho de tener asistencia sanitaria como cualquier ciudadano.
  3. Por la sociedad civil organizada que desplegó lo mejor de sí para superar la pandemia y demostró que es corresponsable frente a los desafíos del país y que superando la tentación de una mirada estadocéntrica o mercadocéntrica, se mueve desde su propia realidad y solidariamente para salir al encuentro de los más necesitados.
  4. Por los medios de comunicación social que en medio del aislamiento nos mantuvieron informados de lo que iba aconteciendo. Acción de gracias también por los sistemas modernos de comunicación que nos permitió seguir vinculados a pesar de la distancia.
  5. Por quienes cumplieron cabalmente las normas sanitarias. Esfuerzo admirable que demuestra el alto sentido ético de muchos chilenos.
  6. Por los profesores, hombres y mujeres admirables que hicieron lo humanamente posible por estar en contacto con sus alumnos. La brecha entre los estudiantes chilenos quedó muy patente allí y ha de ser motivo de acciones urgentes.
  7. Por las universidades regionales que demostraron estar al servicio de la sociedad con inteligencia, rapidez, creatividad, innovación y un profundo amor a la patria.
  8. Por las familias que se ayudaron mutuamente y que demostraron ser el lugar más amado y anhelado por los chilenos, primera fuente de amor, de sociabilidad y de solidaridad. Sin la familia, sin el amor recibido en su interior no hay futuro. Preservarla no es una opción de orden religioso sino que una opción que surge de la propia naturaleza porque responde de mejor manera a lo que el hombre es. Empobrecer a la familia es empobrecer la vida social y al propio hombre que allí encuentra su identidad más profunda.
  9. Por la impresionante corriente de solidaridad que se vivió durante la pandemia para que a nadie le falte un plato de comida. La Iglesia católica hizo un trabajo admirable del cual me siento muy orgulloso.
    1. Chile sabe de solidaridad en tiempos de desgracia. Aparece lo mejor de nuestras raíces. Muchos nos arremangamos la camisa y nos pusimos los bototos para salir al encuentro del necesitado.
    2. Lamentablemente, algunos llevados por los instintos más bajos del ser humano hicieron fiestas ilegales y clandestinas, falsificaron permisos y productos de primera necesidad. Ese es un síntoma de la enfermedad que nos corroe: el egoísmo, la indiferencia y la incapacidad de sacrificarse por los demás.

 

Mirar hacia adelante

 

  1. Junto con orar y dar gracias a Dios es el momento de meditar hacia adelante teniendo presente los grandes desafíos que nos impone el tiempo que estamos viviendo.
    1. Lo primero, con claridad, sin ambigüedades y de manera rotunda, aquí, delante de Dios y la comunidad, digamos un rotundo no a la corrupción. El daño que ha hecho el amiguismo, cohecho y fraude al fisco, favoritismo, colusión, perjurio, abuso, elusión de impuestos, evasión de impuestos, inscripciones electorales cuestionadas cuestionamiento a instituciones electorales y técnicas, es inconmensurable. Y sus consecuencias incalculables: debilita la fe pública, daña la democracia, genera desconfianza, da mal ejemplo a las futuras generaciones, genera la sensación de impunidad y arraiga en la cultura la dañina idea que el fin justifica los medios. Urge un no rotundo a las prácticas ilegales e inmorales, así como sanciones ejemplares. Es un camino sin retorno que solo trae pobreza y violencia.
  2. En las malas prácticas de algunos pocos, que generan pobreza, inequidades y falta de oportunidades, radica parte importante del malestar social que vemos a diario y que se manifiesta de mil maneras. Duele ver a quienes están llamados a servir, sirviéndose de los demás. El Papa Francisco nos invita a encontrarnos en un “nosotros” que sea más fuerte que la suma de pequeñas individualidades.
  3. Llegó la hora de no mirar tanto la paja en el ojo ajeno sino que la nuestra propia viga. Este mandato evangélico vale para todos, de modo especial para quienes tenemos mayores responsabilidades. Como Iglesia estamos haciendo grandes esfuerzos para terminar con toda clase de abuso, buscar la verdad, hacer justicia y buscar caminos de reparación.
  4. En esta línea de sanación que tanto necesitamos, pido e imploro a quienes tienen dinero mal habido en sus arcas personales que lo devuelvan. Sería un gesto extraordinariamente potente autodenunciarse, reconocer la falta o el delito y restituir lo que corresponde. Sería un inicio buen inicio para recomponer el tejido social tan dañado. El país lo va a agradecer, los millones de chilenos honestos que salen temprano a trabajar para llevar el pan de cada día a sus casa, merecen gestos de esa envergadura. El famoso siquiatra Karl Jung decía que “las personas podrían aprender de sus errores si no estuvieran tan ocupadas negándolas”.
  5. Hoy, Chile vive momentos cruciales. Estamos en medio de un proceso para redactar una nueva constitución y en medio de un proceso para elegir a las más altas autoridades del país. Es una gran oportunidad para sacar el alma de Chile amante de la democracia, de la familia, de la vida, de la paz, de la prosperidad. Llegó la hora que cada acción personal, comunitaria, política, social, económica y religiosa tenga la mirada puesta en que los que están al borde del camino, los excluidos, vuelvan a la mesa que Dios nos preparó para todos. Esa es la política que queremos los chilenos.
  6. Este tiempo de elecciones es una gran oportunidad para escuchar propuestas que nos inviten a soñar, a pensar en un gran proyecto país, a mirarnos como hermano, a pensar más en el otro que en uno mismo. No es el momento de la división ni del cálculo pequeño, La pandemia nos enseñó que somos frágiles y vulnerables y que nos necesitamos mutuamente. ¡Y cuanto! ¿Por qué no abrirle paso a la ternura, al buen trato, a la cordialidad, como el Papa Francisco nos lo ha pedido repetidamente?
  7. Les pido a los candidatos a altas responsabilidades políticas que no se critiquen los unos a los otros, que cuiden su lenguaje, que den ejemplo de buen trato, de decoro y sobre todo de creatividad, inteligencia, capacidad de gestión y una intachable vida personal y pública. Necesitamos ejemplos que nos abran las puertas a la esperanza que le dejaremos a las futuras generaciones un país mejor que el que recibimos. Imploramos a Dios todopoderoso y eterno que los ayude.
Publicado el: 18 Septiembre, 2021
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