La dimensión social de nuestra fe, juntos caminando hacia Pentecostés

Este fin de semana hemos celebrado junto a toda la Iglesia, la Solemnidad de la Ascensión del Señor; Jesucristo que vuelve junto al Padre e inicia una nueva presencia en medio de nosotros, sin embargo antes de volver envía a sus discípulos a todo el mundo a “anunciar el Evangelio a toda la creación”[1]. No es que Jesús nos deje, sino que será la misma Trinidad quien nos viene a habitar, no desde lejos o desde fuera, sino desde el interior de cada uno. Un misterio que nos sobrepasa y que está íntimamente unido a la Resurrección y a Pentecostés.

Así también este fin de semana hemos participado de las elecciones a Constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales en nuestro país, que nos plantea grandes desafíos en la construcción del país en el que queremos vivir y que como cristianos tenemos un gran compromiso para lograr “una mejor política puesta al servicio del verdadero bien común”[2] junto con “volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales”[3], como nos invita el Papa Francisco en Fratelli Tutti.

En el envío que Jesús realiza a sus discípulos y que escuchamos este domingo de la Ascensión tomamos conciencia que nuestra misión evangelizadora, también tiene una dimensión social, como nos recuerda el Papa Pablo VI en Evangelii Nuntiandi. “La evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social, del hombre. Precisamente por esto la evangelización lleva consigo un mensaje explícito, adaptado a las diversas situaciones y constantemente actualizado, sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar sin la cual apenas es posible el progreso personal, sobre la vida comunitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la justicia y el desarrollo”[4]. Desde esa misión de la cual somos todos responsables, implica que cada uno esté muy comprometido con los temas que se debatan en la nueva Constitución y en las diversas implicancias que tendrán los distintos postulados que se expongan en esa Asamblea, para velar por los valores fundamentales que son parte de la Buena Noticia que Jesús nos ha transmitido.

Así como en Pentecostés al cual nos preparamos a celebrar este domingo, serán muchas las voces y distintos lenguajes que oiremos en todo este tiempo, pero animados con el Espíritu Santo estamos llamados a escuchar, discernir y anunciar con fidelidad el Evangelio que hemos recibido de manera inmerecida.

Los primeros discípulos y discípulas del Señor tuvieron grandes desafíos en la misión, así también nos toca a nosotros en el tiempo que nos toca vivir, pero confiados en la certeza que el Señor está en medio de nosotros y que su Espíritu nos habita, para responder con entrega a lo que hoy el Señor nos pide.

Pbro. Víctor Javier Álvarez Tapia
Vicario para la Pastoral de Juventud

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[1] Mc 16,15.
[2] FT 103.
[3] FT 168.
[4] EN 29.

Publicado el: 17 Mayo, 2021
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