“La esperanza de los pobres nunca se frustrará”

El próximo jueves, 13 de junio, se realizará en la Santa Sede, la presentación del Mensaje del  Papa Francisco para la III Jornada Mundial de los Pobres.

El tema para este año se inspira en el Salmo 9,19: “La esperanza de los pobres nunca se frustrará”. En la presentación intervendrán, Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo  para la Promoción de la Nueva Evangelización y Mons. Graham Bell, Subsecretario del mismo Pontificio Consejo.

2018: “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”

La II Jornada Mundial de los Pobres estuvo centrado en las palabras del Salmo 34: «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» y en torno al cual se orientó el Mensaje que el Papa Francisco ha querido ofrecer a la Iglesia, cuyo contenido se desarrolla alrededor de tres palabras: gritar, responder, liberar. Son tres verbos que identifican la acción de Dios y revelan su amor misericordioso en favor del hombre. La pobreza no es sólo una palabra, sino que “se convierte en un grito que sube hasta la presencia de Dios”. El Señor, a su vez, no sólo escucha esta petición desesperada de ayuda, sino que le responde participando en la condición del pobre para “para restituir justicia y para ayudar a reemprender la vida con dignidad”. La esperanza del pobre no queda defraudada y Dios interviene en su favor para restituirle la dignidad perdida y liberarle de las “cadenas de la pobreza”.

2017: “No amemos de palabra sino con obras”

Mientras que la I Jornada Mundial de los Pobres celebrada en 2017 se centró en una expresión que se encuentra en la Primera Carta del Apóstol Juan: «No amemos de palabra sino con obras» y que constituye el preludio al texto culminante en el que por primera y única vez se revela la naturaleza misma de Dios. «Dios es amor» (1 Jn 4,8). Además, el Mensaje para la I Jornada Mundial de los Pobres giraba en torno al lema y al logo, los cuales tratan de expresar, en un lenguaje simple y directo, la profundidad del contenido que se ofrece. El logo expresa la doble relación que se instaura ante el pobre. Él está a la puerta y tiende la mano para pedir ayuda. Sin embargo, en la puerta se encuentra con otra persona que tiende la mano porque ella también pide ayuda. Son dos manos extendidas: ambas ayudan. «No pensemos sólo en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para hacer una vez a la semana, y menos aún en gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia. Estas experiencias, aunque son válidas y útiles para sensibilizarnos acerca de las necesidades de muchos hermanos y de las injusticias que a menudo las provocan, deberían introducirnos a un verdadero encuentro con los pobres y dar lugar a un compartir que se convierta en un estilo de vida».

Publicado el: 7 Junio, 2019
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