Aborto y eutanasia: una invitación a transformarse en embajadores de la vida

Publicado el: 10 Abril, 2021

Durante los primeros días de este 2021 la posibilidad de legislar sobre la eutanasia, así como también del aborto generó un importante debate que prontamente se posicionó como uno de los tópicos más relevantes dentro de la agenda mediática.

Bajo ese contexto, Monseñor Fernando Chomali fue partícipe de la conferencia ‘Aborto y eutanasia: dos caras de la misma moneda’. Lo anterior, con el propósito de orientar e informar a la comunidad respecto de la postura de la Iglesia Católica sobre dos de los temas valóricos más controversiales a nivel legislativo y social en el país.

En esa línea, el Arzobispo de Concepción hizo referencia a dos de sus escritos: ‘Morir con dignidad’ y ‘La razón al servicio de la vida humana’. En sus reflexiones reparó en la importancia de comprender que el valor de la vida no varía dependiendo en qué estado o etapa se encuentre. Por lo tanto, en la discusión sobre la interrupción del embarazo, la pregunta ‘es si un ser humano tiene el derecho a decidir que una vida no merece ser vivida. Aquí pedimos un acto de respeto hacia la vida, y que así pueda desarrollarse’.

Una de las conclusiones más importantes guarda relación con el importante vínculo que une a la noción de aborto con la de eutanasia: los débiles al arbitrio de los más fuertes. En ese sentido, planteó ‘como sociedad estamos en deuda con las personas que necesitan compañía en el embarazo y cuidados en la enfermedad, lo que no justifica acabar con la vida de alguien. No podemos desentendernos de este problema’.

Por otra parte, dicha conexión podría vincularse con el utilitarismo con el que Monseñor define a la sociedad actual, donde prevalece la competitividad y la subjetividad. ‘Debemos terminar con esta visión. Lo que más llama mi atención es que en los dos momentos más frágiles de la vida humana, el inicio y el término, deberían ser los momentos que más deberíamos cuidar y proteger’.

Otro de los conceptos trascendentales en este debate se vincula con lo que se entiende por libertad, entendiéndola como el signo eminente de la dignidad del ser humano. El Arzobispo de Concepción destacó que ‘una decisión automáticamente humana es una decisión libre, asociada a la verdad y al bien. Quienes son temerarios, personas en aparente libertad, sucede que son verdaderos esclavos de sí mismos’.

Respecto de la importancia de fundar tales debates en el conocimiento científico y no en la afectividad, enfatizó en la necesidad de entablar diálogos con altura de mira, donde se contemple la contribución que a diario efectúa el área de la ciencia. ‘Yo espero que la razón prevalezca por sobre la pasión’.

Finalmente, la invitación es a transformarse en embajadores de la vida y generar un debate en sociedad desde el conocimiento y la tolerancia. ‘Debemos formarnos adecuadamente y dar razón de nuestra esperanza. Por la vía del diálogo es mucho lo que podemos hacer para revertir este proceso’, dijo.

© Arzobispado de Concepción