Acólitos vivieron un día de esperanza y paz

Publicado el: 11 Agosto, 2019

Felicitaciones y especiales agradecimientos expresó monseñor Fernando Chomali a los padres y a la Vicaría para el Servicio de la Niñez, durante el encuentro con numerosos acólitos, de distintas parroquias y comunidades, que culminó con la celebración de la eucaristía, en la catedral.

“Los felicito y agradezco, porque son ustedes quienes han llevado a sus hijos para sirvan al Señor, en el altar. Les puedo decir que se han quedado con la mejor parte. Vivimos en una sociedad en que cada uno es más individualista y donde cada uno piensa en cada cual y ustedes han tenido la inteligencia de comprender que la formación tiene que ser integral”, afirmó Monseñor.

Agregó, en su homilía que es bueno tener un buen puntaje en el SINCE, por cierto, buen puntaje en la PSU, “pero nosotros aspiramos mucho más que eso. Nosotros aspiramos a que los jóvenes se encuentren con Jesucristo y que tengan una respuesta contundente de lo que son y para qué.  Estos jóvenes que sirven en el altar tienen la clara convicción que son hijos de Dios, infinitamente amados por Él; tienen la convicción que la vida es para servir y no para ser servido; tienen la convicción que tienen una dimensión espiritual en la vida, junto a la Iglesia”,

Pienso que hay mucha esperanza en estos niños, estas niñas, estos jóvenes y los adultos acólitos, que no son el futuro de la Iglesia, son el presente de la Iglesia, porque domingo a domingo, de manera incansable, con frío, con viento, en vacaciones, siempre están disponible para servir al altar.

Monseñor Chomali afirmó que, dentro de todas las misiones de la Iglesia, el servicio al altar es muy importante. “Porque la Iglesia existe por la eucaristía, sin eucaristía no hay Iglesia; la eucaristía es la culminación de la vida eclesial, es el lugar donde tiene que llegar toda vida cristiana y el lugar donde tiene que partir toda vida cristiana. En la eucaristía celebramos el amor de Dios”.

Enfatizó que “hoy es un día de esperanza y de alegría. ¡Qué maravilla hace Dios con nosotros! A ustedes, Dios los induce por el camino del amor, de la oración y de la fe. Quiero felicitarlos, porque ustedes son importantes en esta obra. Ustedes han cosechado abundamente, porque la mejor herencia que puedan dejar a estos niños es la fe. Porque todo pasa en la vida, menos la fe y es lo que lo sostiene a uno en momentos de dificultad”.

 

 

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