Con alegría la comunidad de Chiguayante recibió a nuevo diácono permanente

Publicado el: 1 Diciembre, 2017

Con sentimientos de alegría, reforzados con gestos como fuertes aplausos, fue acogido un nuevo diácono permanente, en la parroquia San Pablo de Chiguayante.

Con la celebración de una eucaristía, presidida por monseñor Fernando Chomali, se realizó la acción litúrgica de ordenación como diácono permanente, don Manuel Jesús Lagos, quien ha prestado un gran servicio a la Iglesia, durante varios años.

Al concluir su ordenación, el nuevo diácono manifestó sentir “la alegría de servir al Señor y hacer mía su voluntad. Sé que es algo difícil, pero con la ayuda de Él sé que podré caminar con mi familia y esta comunidad”.

Tiene 66 años, cumpliendo laboralmente durante 30 años en ASMAR. Es padre de 4 hijas, las dos mayores están en el extranjero, una en Bélgica y la otra, en México, ambas consagradas en el movimiento Focolares.

Recordó que a los diez años, aproximadamente, supo que una hermana, en su familia, se consagró como religiosa y, por estar lejos, no pude estar presente durante su consagración. “Pero siempre me quedó ese “bichito” hasta que ella murió, a los 30 años. Después, cuando contraje matrimonio y, no sé si es un tropezón, pero mi esposa era evangélica y dejamos la iglesia católica y también la evangélica. Sin embargo, por esas cosas del Espíritu Santo, un día nos invitaron a un encuentro, en el cual ella pidió la comunión y fue el inicio de este nuevo camino al Señor. Fuimos motivados por el movimiento de Focolares. Eso ocurrió hace más de 40 años, de manera que nuestra familia ha crecido en ese ambiente. Vengo de Lota y por salud de mi esposa nos vinimos a Chiguayante; fue un gran alivio, porque a poco estar, mi señora se sanó”, confidenció, agregando que desde esa fecha, en los años 80, se fue construyendo el compromiso con la parroquia San Pablo como catequistas y animadores de la comunidad.

Monseñor Chomali, en su homilía, dijo que “uno queda impresionado cuando una persona que ya ha hecho su vida laboral, que tiene hijos, nietos,  podría estar tranquilamente en su casa, pero don Manuel Jesús tomó la decisión de compromiso con la Iglesia. Fue tomado por Dios para servir. Fue un gran compromiso, porque ocupará tiempo mientras otros descansan. Estará consolando a una familia o podrá ser llamado a cualquier hora. La pregunta es ¿vale la pena meterse en un lío así?  Claro que vale la pena y don Manuel está dando un gran ejemplo. Lo necesitamos con urgencia en una sociedad cada vez más individualista, en un mundo en que hay globalización de la indiferencia”.

Monseñor afirmó que “hoy es un día de mucha reflexión, porque lo que demuestra la familia  de don Manuel Jesús es que Dios sigue presente en la historia, sigue actuando en la historia y lo hace de una manera que a veces no podemos comprender, pero es un llamado real. Es un testimonio de servir al Señor y no para ser servido y decir a los hombres que Dios existe. Usted ha querido consagrarse y tenemos que dar gracias a Dios. Sé que es un esfuerzo y vale la pena”.

Finalmente, llamó a la familia para pedirle que “cuiden a don Manuel, lo quieran y  lo comprendan, porque él prestará un gran servicio a la Iglesia de Concepción, específicamente en la parroquia San Pablo, en Chiguayante, que necesita tantos apóstoles”.

Concelebraron la eucaristía el padre Mauricio Aguayo, vicario general; el padre Juan Carlos Marín, rector del Seminario Metropolitano; el padre Gustavo Sterkens, párroco, quien expresó su alegría por este nuevo servidor; además de numerosos diáconos permanentes y candidatos al diaconado.

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Con alegría la comunidad de Chiguayante recibió a nuevo diácono permanente

Con sentimientos de alegría, reforzados con gestos como fuertes aplausos, fue acogido un nuevo diácono permanente, en la parroquia San Pablo de Chiguayante.

Con la celebración de una eucaristía, presidida por monseñor Fernando Chomali, se realizó la acción litúrgica de ordenación como diácono permanente, don Manuel Jesús Lagos, quien ha prestado un gran servicio a la Iglesia, durante varios años.

Al concluir su ordenación, el nuevo diácono manifestó sentir “la alegría de servir al Señor y hacer mía su voluntad. Sé que es algo difícil, pero con la ayuda de Él sé que podré caminar con mi familia y esta comunidad”.

Tiene 66 años, cumpliendo laboralmente durante 30 años en ASMAR. Es padre de 4 hijas, las dos mayores están en el extranjero, una en Bélgica y la otra, en México, ambas consagradas en el movimiento Focolares.

Recordó que a los diez años, aproximadamente, supo que una hermana, en su familia, se consagró como religiosa y, por estar lejos, no pude estar presente durante su consagración. “Pero siempre me quedó ese “bichito” hasta que ella murió, a los 30 años. Después, cuando contraje matrimonio y, no sé si es un tropezón, pero mi esposa era evangélica y dejamos la iglesia católica y también la evangélica. Sin embargo, por esas cosas del Espíritu Santo, un día nos invitaron a un encuentro, en el cual ella pidió la comunión y fue el inicio de este nuevo camino al Señor. Fuimos motivados por el movimiento de Focolares. Eso ocurrió hace más de 40 años, de manera que nuestra familia ha crecido en ese ambiente. Vengo de Lota y por salud de mi esposa nos vinimos a Chiguayante; fue un gran alivio, porque a poco estar, mi señora se sanó”, confidenció, agregando que desde esa fecha, en los años 80, se fue construyendo el compromiso con la parroquia San Pablo como catequistas y animadores de la comunidad.

Monseñor Chomali, en su homilía, dijo que “uno queda impresionado cuando una persona que ya ha hecho su vida laboral, que tiene hijos, nietos,  podría estar tranquilamente en su casa, pero don Manuel Jesús tomó la decisión de compromiso con la Iglesia. Fue tomado por Dios para servir. Fue un gran compromiso, porque ocupará tiempo mientras otros descansan. Estará consolando a una familia o podrá ser llamado a cualquier hora. La pregunta es ¿vale la pena meterse en un lío así?  Claro que vale la pena y don Manuel está dando un gran ejemplo. Lo necesitamos con urgencia en una sociedad cada vez más individualista, en un mundo en que hay globalización de la indiferencia”.

Monseñor afirmó que “hoy es un día de mucha reflexión, porque lo que demuestra la familia  de don Manuel Jesús es que Dios sigue presente en la historia, sigue actuando en la historia y lo hace de una manera que a veces no podemos comprender, pero es un llamado real. Es un testimonio de servir al Señor y no para ser servido y decir a los hombres que Dios existe. Usted ha querido consagrarse y tenemos que dar gracias a Dios. Sé que es un esfuerzo y vale la pena”.

Finalmente, llamó a la familia para pedirle que “cuiden a don Manuel, lo quieran y  lo comprendan, porque él prestará un gran servicio a la Iglesia de Concepción, específicamente en la parroquia San Pablo, en Chiguayante, que necesita tantos apóstoles”.

Concelebraron la eucaristía el padre Mauricio Aguayo, vicario general; el padre Juan Carlos Marín, rector del Seminario Metropolitano; el padre Gustavo Sterkens, párroco, quien expresó su alegría por este nuevo servidor; además de numerosos diáconos permanentes y candidatos al diaconado.

Publicado el: 1 Diciembre, 2017
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