Con presencia de autoridades encabezadas por el Coronel Pablo Toro, director regional de Gendarmería y el seremi de Justicia, Jorge Cáceres Méndez, el personal de la institución participó en la Eucaristía presidida por el Vicario Episcopal, Pbro. Juan Carlos Marín. Concelebraron el capellán regional, Pbro. Germán Hermosilla y otros sacerdotes.
En su mensaje, el Vicario señaló que “lo primero es dar gracias a Dios por los 84 años de Gendarmería de Chile y creo que ellos tratan de garantizar el imperio de la ley, brindar una atención y trato digno y al mismo tiempo, fomentar conductas, destrezas y capacidades para reinsertar a los internos, en la sociedad”.
Manifestó que “lo que los gendarmes hacen es una actitud de amor, ante el privado de libertad”, recalcando que la reinserción social todavía es una deuda de la patria, “porque el que sale de los establecimientos carcelarios, le cuesta mucho insertarse. El Señor vive en este hermano, y sólo poniéndose en el lugar del más pequeño y más vulnerable, podemos acogerlos como Cristo, insertándolo en la sociedad”.
El Padre Marín valoró el trabajo de la Iglesia al interior de las cárceles. “La Pastoral Penitenciaria se coordina con la Pastoral Social y la UCSC,paraayudar a reinsertarlos, con las distintas destrezas que tiene cada uno, hermanos nuestros, y darles la posibilidad de reinsertarse en el mundo laboral, capacitándolos, de una u otra manera, ligándolos a la Universidad,dándoles clases al interior de las cárceles, fortaleciendo sus capacidades intelectuales y poder enfrentar la vida, sacando un título, estudiando para la PSU. Creo que la Iglesia trata de abrirle el mundo tan pequeño a las personas que han delinquido y han infringido a la ley, sin embargo, no están condenados para siempre, se pueden reinsertar y es lo que la Iglesia demuestra a la sociedad, porque el privado de libertad es una persona humana y, por lo tanto,tiene dignidad y merece respeto; el trabajo y la reinserción hacen que esa dignidad, se exprese vitalmente”, argumentó.
Agregó que el acompañamiento espiritual es permanente con el trabajo del capellán regional y y sus capellanes voluntarios, que tiene cada unidad. “Para quien ha infringido es muy importante la vida espiritual; la Iglesia lleva el Evangelio para que él se dé cuenta que en el corazón de Cristo está él, como lo dice el evangelio “cuando me fuiste a visitar a la cárcel conmigo lo hiciste”.