Desde hace 17 años, la capilla Nuestra Señora de Lourdes lleva a cabo la misión de dar alimentación cada fin de semana a vecinos vulnerables del sector. La población que se atiende es heterogénea, abarcando desde niños hasta adultos mayores, alcanzando aproximadamente 45 personas cada sábado y domingo.
A pesar de la emergencia sanitaria que se enfrenta, este comedor no ha cesado su labor, optando por tomar medidas sanitarias y de resguardo necesarias. Es así como los voluntarios y voluntarias se protegen con máscaras faciales y guantes, acudiendo frecuentemente al lavado de manos y la sanitización de espacios y, manteniendo el distanciamiento social. Además, se ha decidido entregar los almuerzos en bandejas plásticas para evitar aglomeraciones en los salones comunitarios.
El equipo estable de voluntarias se compone por cuatro mujeres que pertenecen a la comunidad, sin embargo, constantemente son asistidas por otros voluntarios provenientes de los grupos pastorales de la capilla y parroquia; el grupo EME de Salesiano, Fraternidad Amigoniana, comunidades del movimiento católico Encuentro Matrimonial Mundial, entre otros. Cabe reconocer el constante apoyo del Párroco Padre Héctor Osorio O, quien colabora en la gestión de recursos y también incentivando y motivando a los voluntarios.
En agosto, mes de la solidaridad, se ha emprendido el desafío de entregar cada viernes cajas de alimentos a familias que necesitan. En la primera jornada se logró reunir alimentos para 5 familias. Además, el consejo de capilla ha tomado la noble decisión de hacer pan amasado desde el lunes 17, hasta el viernes 21 de agosto, para entregar a 20 familias del sector, diariamente.
Desde hace 17 años, la capilla Nuestra Señora de Lourdes lleva a cabo la misión de dar alimentación cada fin de semana a vecinos vulnerables del sector. La población que se atiende es heterogénea, abarcando desde niños hasta adultos mayores, alcanzando aproximadamente 45 personas cada sábado y domingo.
A pesar de la emergencia sanitaria que se enfrenta, este comedor no ha cesado su labor, optando por tomar medidas sanitarias y de resguardo necesarias. Es así como los voluntarios y voluntarias se protegen con máscaras faciales y guantes, acudiendo frecuentemente al lavado de manos y la sanitización de espacios y, manteniendo el distanciamiento social. Además, se ha decidido entregar los almuerzos en bandejas plásticas para evitar aglomeraciones en los salones comunitarios.
El equipo estable de voluntarias se compone por cuatro mujeres que pertenecen a la comunidad, sin embargo, constantemente son asistidas por otros voluntarios provenientes de los grupos pastorales de la capilla y parroquia; el grupo EME de Salesiano, Fraternidad Amigoniana, comunidades del movimiento católico Encuentro Matrimonial Mundial, entre otros. Cabe reconocer el constante apoyo del Párroco Padre Héctor Osorio O, quien colabora en la gestión de recursos y también incentivando y motivando a los voluntarios.
En agosto, mes de la solidaridad, se ha emprendido el desafío de entregar cada viernes cajas de alimentos a familias que necesitan. En la primera jornada se logró reunir alimentos para 5 familias. Además, el consejo de capilla ha tomado la noble decisión de hacer pan amasado desde el lunes 17, hasta el viernes 21 de agosto, para entregar a 20 familias del sector, diariamente.
