En fiesta de la Candelaria flamearon con alegría los pañuelos blancos

Publicado el: 3 Febrero, 2017

Con pañuelos blancos y candelas los fieles saludaron y acompañaron a la Virgen de la Candelaria, en el santuario de san Pedro de la Paz, cuando este jueves 2 de febrero, se celebrara la festividad.

El párroco y Vicario General de la Arquidiócesis de Concepción, Pbro. Mauricio Aguayo, destacó la presencia de un flujo importante de peregrinos, venidos de distintos puntos, que se hicieron presentes en la celebración de las misas, que comenzaron a las 7 de la mañana y que concluyeron tras la procesión, a las 18 horas, con la participación del Arzobispo, monseñor Fernando Chomali.

Sobre arenas del río Biobío, a un costado del templo, que se ha transformado en el campo de oración tradicional para esta fiesta, se realizó la principal celebración. “Además, hemos tenido una presencia significativa en la procesión. Esta es una advocación (Virgen de la Candelaria),  que atrae bastante y estamos haciendo el esfuerzo, como comunidad, a que se sumen muchos más  a esta experiencia de fe que se va transmitiendo  en la medida que tenemos el encuentro con la Virgen  en el santuario”, afirmó el párroco.

El P. Mauricio señaló que durante toda la novena a la Virgen, que precedió la festividad, se rezó por las personas que sufren los efectos de los incendios forestales y por  los combatientes del fuego. “En esta celebración se ha hecho manifiesto el sentir, porque aún hay focos activos y queremos promover una oración constante por quienes están sufriendo”, recalcó.

Con la colaboración de numerosos laicos, la parroquia se organizó para acoger y atender a los peregrinos que llegaron durante todo el día. Asimismo, se preparó la procesión que salió a las 17 horas para efectuar un recorrido que duró poco menos de una hora. La imagen,, hermosamente adornada con flores, fue transportada por un grupo de “caballeros” y posteriormente subida a un vehículo. En el trayecto, los  fieles hicieron oración y cantos alusivos y levantaron sus pañuelos y velas, las que previamente habían sido bendecidas.

La misa de cierre de la festividad fue presidida por Monseñor Fernando Chomali, quien basándose en las lecturas del día, reflexionó sobre tres ideas. “Primero, la vida feliz está en lo ordinario, que es ahí donde el Señor nos habla; segundo, que la paz que queremos viene de Jesús, que es la luz y, tercero, si tenemos una actitud orante, sin duda tendremos una vida distinta”.

Agregó que “hacer lo ordinario de manera extraordinaria es el camino que nos pide el Señor, vivir con la pasión del primer día y la libertad del último día. El esfuerzo cotidiano se juega en el trabajo, confiando en que Dios está en medio de nosotros y Él es quien nos guía. No es fácil estar en paz cuando hay hermanos que sufren y no teniendo certeza qué pasará mañana y los problemas que tenemos todos. Un buen católico no esconde los problemas, los reconoce y lo maravilloso es enfrentar los problemas que nos quitan la paz y esa realidad puede estar iluminada por Dios”.

Reflexionó respecto a que “lo peor que nos puede pasar es acostumbrarnos a no descubrir los rostros nuevos que nos muestra Jesús, diariamente, especialmente, la Palabra de Dios, la oración y de modo más especial, los más pobres. Es importante tener los ojos y un corazón abiertos”.

Por último, abordó la importancia de tener siempre la Figuera del Señor, en nuestra vida. “¿De qué hablamos con nuestros amigos, en nuestra familia, con los compañeros de trabajo? Si los católicos dejáramos los chismes y habláramos de Dios, tendríamos otro mundo y otra Iglesia. El Papa Francisco nos dice: ¡católicos salgan a hablar de Dios al mundo, a misionar, y no terminen encerrados, enfermándose”. ¿Cuántas comunidades terminan enfermándose por dimes y diretes que no aportan nada?” y llamó a hablar de la figura de Jesús con nuestros gestos, nuestras palabras.

Al concluir su mensaje, Monseñor agradeció  a todas las personas que prepararon con gran esfuerzo la celebración. 

 

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