Con oración por la paz mundial y el pronto control de los incendios forestales en la región, se dio inicio al tiempo de Cuaresma, durante la celebración de la Misa Miércoles de Ceniza, en la Iglesia Catedral de Concepción.
La Eucaristía fue presidida por el Pbro. Pedro Gómez Díaz, rector del Seminario Metropolitano y canónigo secretario del Cabildo Eclesiástico de la Catedral y concelebrada por los presbíteros y canónigos Luis Figueroa (Deán), Pedro Tapia y José Urrutia y el diácono permanente, Bernardo Fernández.
Tras la prédica del Evangelio, los celebrantes impusieron la ceniza en la frente de los numerosos feligreses que asistieron a la celebración, oportunidad en que el P. Pedro Gómez destacó en su homilía que “en esta Cuaresma y en sintonía con lo que está sucediendo y el llamado que nos ha hecho el Papa Francisco , de una manera muy especial hagamos mucha oración por la paz, para que se supere el l odio, la violencia, que se traduce en guerras como situación más extrema; oremos para que se encuentren los caminos de paz a través de un diálogo fecundo y llegue la paz a los pueblos que hoy están en conflicto. Oremos especialmente, para que en nuestra zona, se controlen y se superen los gigantescos incendios forestales, que han arrasado intensos bosques y han puesto en riego a muchas familias. Oremos para que el Señor proteja también a numerosos combatientes, que se exponen al peligro en su acción y que han soportado jornadas muy duras”.
Se refirió, además, a que el nombre de la celebración responde al elemento que se utiliza (ceniza) y que es el producto de las ramas de olivos y palmas, que han sido utilizadas el año pasado. “Esta celebración se relaciona directamente con las fiestas de Semana Santa, el tiempo pascual y nos invita a caminar durante estos 40 días, para prepararnos y disponernos para celebrar los principales misterios de nuestra fe, que es la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, de su muerte y se su gloriosa resurrección”, afirmó.
En este contexto, el P. Pedro pidió acoger el llamado del Evangelio, en cuanto a hacer penitencia, practicar la limosna y hacer mucha oración, “pero hacerla de modo distinto a los maestros espirituales, en aquel tiempo. Nuestra disposición tiene que ser con un corazón reconciliado con Dios, con un corazón dispuesto a hacer su voluntad; un corazón que se recogerá en el silencio, porque en esa intimidad con Dios, Él contempla esa disposición a actuar y a hacer las cosas como Dios quiere”.
En todas las parroquias y capillas de la Arquidiócesis hubo celebraciones similares, con la presencia de muchos fieles que asumen el tiempo de Cuaresma con mucha responsabilidad, y que culminará con Semana Santa.