La comunidad parroquial de la Parroquia San Matías se vistió de fiesta el sábado 9 de julio, al acompañar a Juan de Dios Torres Hernández en su ordenación diaconal, que presidió Mons. Fernando Chomali G., Arzobispo de Concepción.
El nuevo diácono permanente se mostró muy contento al recibir este don que gratuitamente le entrega el Señor, a pesar de su fragilidad y estado de salud, ya que desde hace unos meses se le diagnosticó cáncer.
Mons. Chomali en su homilía agradeció a la familia del nuevo diácono “quisiera darle las gracias por la generosidad inmensa que han tenido de permitir que Juan de Dios realice el camino del diaconado, el cual es un camino largo, hermoso, pero también exigente, porque hay muchos sacrificios familiares frente a los cuales han estado dispuestos”. Manifestó también que el Ministerio diaconal es de primacía importancia, porque es Dios quien llama, asigna y da fecundidad a su elección, que en este caso también está marcado por el sufrimiento, recordando que a Juan de Dios lo conoció en el hospital.
“Debo reconocer que me hacía tanta ilusión como Arzobispo ordenar a este diácono en estas circunstancias. Juan de Dios recién levantado dijo que quería cumplir aquella promesa que había hecho de ser ordenado diácono porque quiere servir, lo cual es un testimonio muy grande para una sociedad que no quiere servir, sino que quiere ser servida, pasarlo bien en el momento y que escapa del sufrimiento”, indicó el Arzobispo.
Mons. Chomali señaló que esta ordenación y la vida de Juan de Dios es un testimonio de fe para toda la Iglesia y para la sociedad entera. “Ser diácono es un vínculo sacramental de gran profundidad con Jesucristo nuestro Señor, él ha sido tocado por Dios en primer lugar con su vocación al matrimonio. Y Dios no quedando contento sólo con eso lo llamó junto a su familia a integrarse a la vocación específica de servir al altar, de estar preocupado por los más necesitados, atento a las necesidades del prójimo, en definitiva vivir el testimonio de la caridad al cual estamos llamados todos como bautizados”.
La comunidad parroquial de la Parroquia San Matías se vistió de fiesta el sábado 9 de julio, al acompañar a Juan de Dios Torres Hernández en su ordenación diaconal, que presidió Mons. Fernando Chomali G., Arzobispo de Concepción.
El nuevo diácono permanente se mostró muy contento al recibir este don que gratuitamente le entrega el Señor, a pesar de su fragilidad y estado de salud, ya que desde hace unos meses se le diagnosticó cáncer.
Mons. Chomali en su homilía agradeció a la familia del nuevo diácono “quisiera darle las gracias por la generosidad inmensa que han tenido de permitir que Juan de Dios realice el camino del diaconado, el cual es un camino largo, hermoso, pero también exigente, porque hay muchos sacrificios familiares frente a los cuales han estado dispuestos”. Manifestó también que el Ministerio diaconal es de primacía importancia, porque es Dios quien llama, asigna y da fecundidad a su elección, que en este caso también está marcado por el sufrimiento, recordando que a Juan de Dios lo conoció en el hospital.
“Debo reconocer que me hacía tanta ilusión como Arzobispo ordenar a este diácono en estas circunstancias. Juan de Dios recién levantado dijo que quería cumplir aquella promesa que había hecho de ser ordenado diácono porque quiere servir, lo cual es un testimonio muy grande para una sociedad que no quiere servir, sino que quiere ser servida, pasarlo bien en el momento y que escapa del sufrimiento”, indicó el Arzobispo.
Mons. Chomali señaló que esta ordenación y la vida de Juan de Dios es un testimonio de fe para toda la Iglesia y para la sociedad entera. “Ser diácono es un vínculo sacramental de gran profundidad con Jesucristo nuestro Señor, él ha sido tocado por Dios en primer lugar con su vocación al matrimonio. Y Dios no quedando contento sólo con eso lo llamó junto a su familia a integrarse a la vocación específica de servir al altar, de estar preocupado por los más necesitados, atento a las necesidades del prójimo, en definitiva vivir el testimonio de la caridad al cual estamos llamados todos como bautizados”.
