Francisca Veláquez Acuña: “Chile necesita de la Iglesia para que seamos santos”

Publicado el: 14 Julio, 2011

Una joven con sus ideas bien claras es Francisca de 24 años de edad, quien estudia 6º año de ingeniaría civil química en la universidad de Concepción y hace poco fue elegida como Jefa Regional de Misión Chile junto a Ignacio Villagrán. Ambos tienen la misión por un año de trabajar para llevar a cabo la misión que realizan cada comienzo de año y buscar más jóvenes que se unan a este proyecto.

Reconoce que con su familia compuesta por sus padres José Luis y Carmen y sus hermanos Mariana y Felipe, comparte en la medida de sus posibilidades, ya que con el estudio y responsabilidades en Misión País el tiempo se le va en la alegría de servir a Dios y a la Iglesia, la que la ha ayudado a no ser una más de la masa, sino una mujer con valores, opinión, decisiones.  

¿Qué es Misión País?

Es un proyecto que nace de jóvenes universitarios católicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que se encarga de llevar la Palabra de Dios a las comunidades que más lo necesitan, de acompañar, de ir a esos lugares donde ha estado un poco ausente Jesucristo, donde la gente se siente desamparada. El objetivo es llegar al corazón de todos, llevar la Palabra a los más necesitados, a aquéllos que se separaron de la Iglesia o que por falta de sacerdotes no han tenido ese acompañamiento.

En nuestra Arquidiócesis nos ha asesorado siempre un sacerdote, hoy es el padre Ricardo Valencia, además de dos laicos, Mónica Astorga y Javier Molina. Misión País desde el 2004 trabaja en base a las necesidades de nuestra Arquidiócesis, de llegar a esos lugares donde no se puede llegar siempre. Se trabaja directamente con el Arzobispo, ya que nos reunimos con él para ver dónde es necesario que vayamos.

 

¿Cómo llegaste a Misión País?

En el verano de 2005 cuando estaba egresando del colegio, Dios a través de mis amigos más cercanos y unos primos entré al proyecto, al comienzo fue sólo amistad y con la idea de hacer algo interesante. Pero luego tuve la experiencia concreta de ir a un lugar y me enamoré de Misión País por la experiencia de vida que he tenido aquí, además de que todos los miedos que tuve en un principio por entrar a la universidad fueron sanados. Le encontré más sentido a este mundo tan frío que es la universidad, que muchas veces es sólo estudio. Además de sentirme parte en la misión de la Iglesia, donde a través de los años he descubierto que realmente Chile necesita de la Iglesia para que seamos santos.

¿Quiénes participan en este proyecto?

Jóvenes estudiantes universitarios, hoy en nuestra Arquidiócesis participan 250 jóvenes de la mayoría de las universidades presentes en la Región. La diversidad de universidades es lo que caracteriza a Misión País, ya que participan en todas las zonas, que equivalen a siete escuelas, que tienen que ver directamente con una zona por un tiempo de tres años. Es así como en las dos primeras semanas de enero de este año nos hicimos presente en Dichato, California (Tomé), Tumbes, Polvorín (Lota), Lebu y Antuco, la misión dura 10 días.

¿Qué hacen esos 10 días?

Se parte con un retiro donde además de la formación los voluntarios pueden interiorizarse más de lo que se va a hacer con los otras escuelas, luego viene una Misa, de ahí parten a las distintas zonas. Cada día nos levantamos temprano y rezamos la oración de la mañana; luego realizamos la visita puerta a puerta, donde hay un contacto directo con la comunidad; en la tarde están los talleres, los cuales se encargan de trabajar puntos débiles e ir fortaleciéndolos como comunidad, además que es una forma de integrar a los miembros de ella y así pueden compartir el uno con el otro. Hay talleres que dependen de la realidad de los voluntarios de que forma pueden llevar ellos su carrera como servicio a la comunidad, como talleres de salud, de higiene bucal, microempresa, de niños, de señoras y jóvenes. Además de un apoyo espiritual existe el social en base a lo profesional. Hay Eucaristía todos los días y se intenta que sea en la capilla de la zona para vincularlos a la misa, luego viene la cena, un momento de recreación, y culmina con la oración de la noche donde los jóvenes pueden compartir todo lo vivido.

¿Existe apoyo externo para el tema de los recursos que se necesitan?

A través de los distintos equipos golpeamos muchas puertas, es así como hay empresas muy generosas que aportan, como por ejemplo los supermercados que nos han ayudado o líneas de buses para poder viajar a las zona. También los particulares pueden cooperan contactándonos al siguiente e-mail: concepcion@misionpais.cl

Francisca Veláquez Acuña: “Chile necesita de la Iglesia para que seamos santos”

Una joven con sus ideas bien claras es Francisca de 24 años de edad, quien estudia 6º año de ingeniaría civil química en la universidad de Concepción y hace poco fue elegida como Jefa Regional de Misión Chile junto a Ignacio Villagrán. Ambos tienen la misión por un año de trabajar para llevar a cabo la misión que realizan cada comienzo de año y buscar más jóvenes que se unan a este proyecto.

Reconoce que con su familia compuesta por sus padres José Luis y Carmen y sus hermanos Mariana y Felipe, comparte en la medida de sus posibilidades, ya que con el estudio y responsabilidades en Misión País el tiempo se le va en la alegría de servir a Dios y a la Iglesia, la que la ha ayudado a no ser una más de la masa, sino una mujer con valores, opinión, decisiones.  

¿Qué es Misión País?

Es un proyecto que nace de jóvenes universitarios católicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que se encarga de llevar la Palabra de Dios a las comunidades que más lo necesitan, de acompañar, de ir a esos lugares donde ha estado un poco ausente Jesucristo, donde la gente se siente desamparada. El objetivo es llegar al corazón de todos, llevar la Palabra a los más necesitados, a aquéllos que se separaron de la Iglesia o que por falta de sacerdotes no han tenido ese acompañamiento.

En nuestra Arquidiócesis nos ha asesorado siempre un sacerdote, hoy es el padre Ricardo Valencia, además de dos laicos, Mónica Astorga y Javier Molina. Misión País desde el 2004 trabaja en base a las necesidades de nuestra Arquidiócesis, de llegar a esos lugares donde no se puede llegar siempre. Se trabaja directamente con el Arzobispo, ya que nos reunimos con él para ver dónde es necesario que vayamos.

 

¿Cómo llegaste a Misión País?

En el verano de 2005 cuando estaba egresando del colegio, Dios a través de mis amigos más cercanos y unos primos entré al proyecto, al comienzo fue sólo amistad y con la idea de hacer algo interesante. Pero luego tuve la experiencia concreta de ir a un lugar y me enamoré de Misión País por la experiencia de vida que he tenido aquí, además de que todos los miedos que tuve en un principio por entrar a la universidad fueron sanados. Le encontré más sentido a este mundo tan frío que es la universidad, que muchas veces es sólo estudio. Además de sentirme parte en la misión de la Iglesia, donde a través de los años he descubierto que realmente Chile necesita de la Iglesia para que seamos santos.

¿Quiénes participan en este proyecto?

Jóvenes estudiantes universitarios, hoy en nuestra Arquidiócesis participan 250 jóvenes de la mayoría de las universidades presentes en la Región. La diversidad de universidades es lo que caracteriza a Misión País, ya que participan en todas las zonas, que equivalen a siete escuelas, que tienen que ver directamente con una zona por un tiempo de tres años. Es así como en las dos primeras semanas de enero de este año nos hicimos presente en Dichato, California (Tomé), Tumbes, Polvorín (Lota), Lebu y Antuco, la misión dura 10 días.

¿Qué hacen esos 10 días?

Se parte con un retiro donde además de la formación los voluntarios pueden interiorizarse más de lo que se va a hacer con los otras escuelas, luego viene una Misa, de ahí parten a las distintas zonas. Cada día nos levantamos temprano y rezamos la oración de la mañana; luego realizamos la visita puerta a puerta, donde hay un contacto directo con la comunidad; en la tarde están los talleres, los cuales se encargan de trabajar puntos débiles e ir fortaleciéndolos como comunidad, además que es una forma de integrar a los miembros de ella y así pueden compartir el uno con el otro. Hay talleres que dependen de la realidad de los voluntarios de que forma pueden llevar ellos su carrera como servicio a la comunidad, como talleres de salud, de higiene bucal, microempresa, de niños, de señoras y jóvenes. Además de un apoyo espiritual existe el social en base a lo profesional. Hay Eucaristía todos los días y se intenta que sea en la capilla de la zona para vincularlos a la misa, luego viene la cena, un momento de recreación, y culmina con la oración de la noche donde los jóvenes pueden compartir todo lo vivido.

¿Existe apoyo externo para el tema de los recursos que se necesitan?

A través de los distintos equipos golpeamos muchas puertas, es así como hay empresas muy generosas que aportan, como por ejemplo los supermercados que nos han ayudado o líneas de buses para poder viajar a las zona. También los particulares pueden cooperan contactándonos al siguiente e-mail: concepcion@misionpais.cl

Publicado el: 14 Julio, 2011
© Arzobispado de Concepción