Jóvenes realizan intenso trabajo misionero en invierno

Publicado el: 25 Julio, 2018

Durante varios días de sus vacaciones de invierno, más de 300 jóvenes católicos desarrollaron un intenso trabajo misionero, en diferentes lugares de la Arquidiócesis de Concepción, logrando un enriquecedor contacto con las comunidades alejadas.

Es parte del servicio de los jóvenes para la evangelización en este tiempo, explicó el Pbro. Víctor Álvarez, vicario de Pastoral Juvenil, precisando que participaron la Vicaría de Pastoral Juvenil, el Equipo Regional de Trabajo País y las distintas Pastorales de Educación Superior, entre ellas la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Santo Tomás, Duoc UC y Del Desarrollo.

“A través del trabajo desinteresado de cientos de jóvenes, vemos el otro rostro de la Iglesia, una Iglesia, que vive y sueña con alegría, que está presente para quienes más necesitan y apoyan la vida espiritual y comunitaria de una localidad” agregó el padre Víctor.

Manifestó que cada invierno, los jóvenes dedican parte de sus vacaciones para apoyar a diferentes Parroquias, en su acción pastoral, tanto en lo espiritual como en la construcción o reparación de espacios comunitarios. Además de realizar talleres, operativos de salud y misiones en un ambiente de mucha fraternidad y vida espiritual.

Cada zona de misión y trabajo es apoyada por los sacerdotes de cada pastoral y localidad, fortaleciendo así la dimensión espiritual y el encuentro con Jesucristo como fundamento de todo lo realizado durante esos días. En esta oportunidad, intervinieron dos grupos en Arauco, otros en Coronel, Gaete y Tomé.

Cristóbal Avilés, jefe regional de Trabajo País, Núcleo Concepción, señaló que “este año centramos nuestro trabajo en cuatro zonas de la provincia de Concepción. Este espacio permite a los jóvenes construir espacios de encuentro en diferentes comunidades y también hay encuentros en que el centro es Cristo”.

Indicó que participaron aproximadamente 160 jóvenes universitarios, constituyendo “una experiencia  muy positiva para cada joven y para cada comunidad, donde los jóvenes aprenden cosas nuevas y pueden darse un espacio para encontrarse con uno mismo, encontrarse con Cristo y con la comunidad. Además, les permite ver realidades diferentes y ver que los jóvenes estamos comprometidos con el mensaje de Cristo y poder llegar a más personas”.

Testimonios

Juan Pablo Villagrán Valenzuela, 21 años, en misión en Arauco, expresó que  para él es la tercera misión. “He participado en tres temporadas, lo que me ha permitido ver el trabajo que se ha hecho en cada misión. Hay  como una línea de tiempo y he percibido que ha cambiado la visión de la gente respecto a los jóvenes. Antes, eran esquivos, pero ahora nos tratan con amor y creo que nos van a extrañar cuando nos vayamos. Ha sido muy buen trabajo, en los talleres de hospital, residencia siquiátrica y el de jóvenes y taller de niños que han tratado de convocar a niños de diferentes partes de la zona, ha sido, en resumen, una actividad muy positiva  y una misión bastante provechosa”, afirmó con gran entusiasmo.

Pola Arthur, 18 años, es su primera misión. “Mi experiencia ha sido increíble. El grupo es muy unido y nos ven como una imagen de Cristo. Ha sido una experiencia muy enriquecedora en lo personal como en lo espiritual. Ha sido conocer la comunidad de Arauco y ponerse en el lugar de las personas. Se observa una gran necesidad de la presencia de misioneros. Nos valoran mucho y creo que con nuestro trabajo quedará una huella, especialmente, en el trabajo con los niños”, subrayó.

El Pbro. José Luis Roldán, párroco de la parroquia San José de Arauco, valoró muy bien el servicio de los jóvenes misioneros, en este invierno. “Fue fantástico y quedé muy feliz, porque a pesar de los dolores que como Iglesia estamos viviendo, ellos  siguen trabajando con la misma fe de siempre  y entusiasmo. Tuvimos la presencia de un grupo maravilloso de la Vicaría Juvenil, de la UCSC, un grupo de  Salesiano, en el campo y también un grupo de adultos de Santiago. Fue una maravilla. Fue algo muy positivo, porque nos da la fuerza para seguir trabajando.

Destacó el trabajo de los jóvenes, porque refuerza la tarea evangelizadora de la parroquia, especialmente porque los misioneros acuden a los domicilios de familias alejadas. “Generalmente tienen un diálogo personal con la gente que es muy enriquecedor para todos y la gente los acoge con mucho cariño y con la sencillez, de manera que es una experiencia muy buena”, recalcó.

Guillermo Araya, Coordinador de la PES (Pastoral de Educación Superior), mencionó la importancia de estas instancias “sin duda que los jóvenes que viven esta experiencia, serán profesionales diferentes, con una mirada distinta del mundo, y así también impregnaran a otros del amor de Dios que han experimentado”.

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