Jóvenes vivieron con alegría la Vigilia de Pentecostés

Publicado el: 22 Mayo, 2018

Con gran entusiasmo, más de 100 jóvenes de la Arquidiócesis de Concepción, vivieron la Vigilia de Pentecostés, que este año tuvo como lema “Vive Pentecostés, la Fiesta del Espíritu”.

En ambiente de oración, fraternidad y esperanza se vivió este año la Vigilia de Pentecostés, con jóvenes de diferentes realidades Pastorales de nuestra Arquidiócesis, que también tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre lo que acontece en la Iglesia de nuestro país.

El Pbro. Víctor Álvarez, Vicario para la Pastoral de Juventud, invitó a aprovechar esta oportunidad de encontrarnos como Comunidad, en torno al Señor y hacernos también responsables de la renovación de la Iglesia que estamos llamados a recorrer en este tiempo, asistidos por mismo Espíritu que animó a la primera Comunidad Cristiana, para volcarnos en la misión de Jesús y de tenerlo a Él en el centro de nuestra vida personal y eclesial.

La Vigilia se realizó en el Instituto de Humanidades de Concepción, y contó con varios momentos, iniciado por una bienvenida, a cargo en la animación de la Comunidad Guerreros de la Fe, quienes motivaron con su música el inicio para salir de la comodidad y así también capear el frío de la noche. La banda estuvo presente durante toda la noche, en diversos momentos para animar y favorecer el encuentro.

Continuó con una adoración al Santísimo, que estuvo marcada por el canto y la reflexión personal, con preguntas guías y textos bíblicos que ayudaron a entrar en un momento de oración y encuentro personal con el Señor.

Posteriormente, se vivió el trabajo más largo de la noche, que consistió en el trabajo en sala en 14 grupos diferentes, los cuales pudieron compartir el “Pentecostés” de diversos santos y personajes de la Iglesia, esto para motivar y revisar la historia personal de nuestros propios “pentecostés”, el que en muchos casos ayudó o fue la forma en que el Espíritu impulsó a éstos a formar movimientos, congregaciones, instituciones y otros, al servicio de los demás.

Previo a la celebración de la Eucaristía, en un ambiente más festivo se vivió la “Fiesta de Pentecostés”, instancia que permitió vivir la alegría de la llegada del Espíritu Santo, y como éste con sus dones hace nuevas todas las cosas.

La Vigilia finalizó con la Eucaristía, marcada por los signos que se pudieron compartir en el trabajo en sala por los diferentes grupos y por la comunión y la alegría de saber que solo el Espíritu podrá soplar y renovar la vida de la Iglesia.

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