Junto a su comunidad P. Roberto Valderrama celebró su aniversario sacerdotal

Publicado el: 13 Diciembre, 2019

El padre Roberto Valderrama cumplió 16 años de su ministerio sacerdotal, en un el día de celebración de la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, lo que le alegró mucho, alegría que se vio fortalecida con la cercanía de los fieles de su comunidad parroquial.

Junto a los numerosos saludos personales y por diversos medios, especialmente por redes sociales y telefónicos, el padre Roberto, actual párroco de la parroquia Del Sagrario, ubicada en pleno corazón de la ciudad, presidió una eucaristía en Casa Betania, donde se reunió con parte de la comunidad viviendo momentos de gracia.

Consultado sobre el significado de este aniversario, expresó que “es en el día de la Virgen de Guadalupe y, en verdad, ha sido un día muy hermoso. Cumplí 16 años  de sacerdocio y ha sido un tiempo de mucha gracia.  Veo cada acción, cada año, cada momento,  y miro  para atrás y ha sido bueno”.

Agregó que “ser  cristiano, sacerdote, viviendo en la Iglesia  en tantas instancias, tantos momentos, con personas que me  han ayudado a vivir mucho mi ministerio, ha sido muy hermoso. Muchas personas  me han acompañado, me han corregido, me han ayudado y han llorado conmigo mis dolores. Este es un momento bonito, cada año, para recordar  el servicio sacerdotal y renovar lo que el Señor ha hecho en uno”.

Comentó que en la celebración de una Misa, en su parroquia, meditó sobre dos frases. “Una persona me dijo: no te olvides nunca de dónde el Señor te ha sacado. Uno se acuerda de la familia, del barrio, los amigos, el colegio, Dios  ha usado de personas e instrumentos para encaminarme en  la vida. Otra frase fue: eres  cristiano primero. Y lo soy, soy un bautizado y sacerdote, ambas cosas y en verdad agradezco a Dios  de conocerlo, conocer a su Hijo Jesús, conocer la Iglesia y el servir a la Iglesia como sacerdote”.

Fue un momento también para repasar su historia. “La  parroquia de origen fue La Ascensión del Señor, en Barrio Norte. Mi vocación surgió  en los tiempos del padre Hernán Dupuy,  párroco fallecido,  en esa época participaba como acólito  y estudiaba en el Colegio Salesiano y, en el mismo  colegio estaba como acólito. Así, empezó mi discernimiento, acompañando a los sacerdotes  y entré  en el Seminario Menor de esos años, en el segundo año de su funcionamiento. Salí de  cuarto medio cuando ingresé al Seminario Mayor”, precisó.

Ser sacerdote diocesano fue también un proceso de discernimiento. “Cuando era adolescente pensé  si ser  salesiano o diocesano. Para mí, fue  una disyuntiva y  amaba  a mi colegio Salesiano, estaba muy entregado e incluso hice un campamento de búsqueda. Pude discernir mi vocación, pero con un buen  acompañamiento espiritual de un sacerdote  salesiano, que me ayudó a  ser libre. Me dijo esto hay que pensarlo, conversarlo y rezarlo mucho. Y, en ese camino, por distintas cosas, discerní y vi  que era el camino diocesano  y aquí estoy en  esta Arquidiócesis de Concepción, sirviéndola”, respondió.

Recordó que fue nombrado párroco no al comienzo de su ministerio, sino casi  8 años después. “Fue bien hermoso. Incluso pensaba que nunca sería párroco, porque  es una gran responsabilidad y porque Del Sagrario es una parroquia atípica. Previamente, estuve en Santa Cecilia, una parroquia de mucha  vida pastoral y después en La Ascensión del Señor,  ayudando y sirviendo, porque es una parroquia enorme  y llegar al Sagrario, fue un gran desafío, porque es una parroquia de centro,  de mucha vida, aunque  pareciera oculta, porque tiene muchos grupos  que, en medio de la ciudad, las personas buscan vivir la fe , conocer al señor, y en este tiempo, particularmente por los migrantes,  muchos  hermanos que vienen de otros países, Angola, Venezuela, Nicaragua, Honduras, y Argentina  a enriquecer la vida de la comunidad.

Extranjero

El padre Roberto destacó también que en su experiencia sacerdotal tuvo la posibilidad de estudiar en el extranjero, específicamente en Roma, durante tres años. “Siendo párroco Del Sagrario, el obispo me pidió  ir a estudiar derecho  canónico en la Universidad de la Santa Cruz, en Roma. Fueron  tres años de licencia y un tiempo de iglesia  muy intenso. Me ofrecieron estudiar en España o  Italia,  y opté por Roma, no sólo por la belleza, sino por la universidad. En Roma, se conoce el mundo, a la iglesia y por la cercanía con el Papa. En la residencia en Roma éramos 60 sacerdotes  de 32 países distintos, fue una gran una riqueza conocer la iglesia de otras partes del mundo; de hecho tengo amigos de China, África, Polonia, con quienes conservo la amistad hasta hoy”, concluyó.

 

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