Navidad, vida nueva

Publicado el: 25 Diciembre, 2018

Diario Concepción publicó, en su edición del martes 25 de diciembre,  un artículo de Monseñor Fernando Chomali, en el contexto de la Navidad.

 

En medio de tantas tragedias, injusticias, lamentables muertes producto de la violencia irracional de algunos golpes y ciudades sumergidas en el caos tanto en Chile como en el mundo, aparece nuevamente, casi de manera porfiada, un niño, pobre, a tal punto que no tiene donde pasar la noche junto a su madre, María y su padre adoptivo José.

Y vuelve y vuelve a aparecer cada año porque no sólo está en la memoria de la humanidad, su persona y su obra –tan bien explicadas en las Escrituras- sino que también porque representa, o mejor dicho es, la respuesta adecuada, única, irrepetible y última de todo lo que el hombre, la mujer, la familia, la sociedad de todos los tiempos busca en el fondo de su ser: salvación. Jesús es el Salvador, nos trae salvación, nos indica un camino que puede llevarnos a un antes y un después en nuestras vidas.

Navidad es la respuesta que Dios le trae al mundo para restituir lo que estaba destrozado, hacernos crecer en nuestra capacidad de amar, según la lógica del servicio y a emprender el rumbo del amor, único posible para salir de estos momentos aciagos donde la violencia a todo nivel se ha instalado en las calles, en los medios de comunicación y también en nuestros corazones.

Navidad es la posibilidad cierta de seguir a alguien que sólo le interesa nuestro bien, que será capaz de dar la vida por nosotros e instalar un reino nuevo, donde la guerra le ceda el paso a la paz, la injusticia a la justicia, el odio al amor, el egoísmo a la generosidad. Sin negar, por cierto, el impacto positivo que pueden tener buenas políticas públicas para crecer en justicia y alcanzar el bien común, Jesús con su nacimiento, sus obras y sus palabras apunta a la condición necesaria de todos los cambios para aspirar a un mundo mejor; se trata del cambio de nuestro corazón.

Y es posible si es tocado profundamente por este misterio de amor donde Dios se hace hombre, habita en medio de nosotros y nos invita a volver a la sencillez de la vida que nos lleva a salir de nosotros mismos para mirar a los demás, y con actitud cristiana, servirlos, y dar la vida por ellos si fuese necesario.

La Fe es un don muy grande, que obliga una forma de vivir según los mandamientos de Dios y no los mandamientos del mundo, y que invitan con la fuerza del Espíritu de Dios al perdón, a la misericordia, a la búsqueda sincera de la verdad y a la justicia.

Aunque estemos marcados por grandes tiendas y ofertas tentadoras para regalar, no olvidemos el sentido más profundo de la Navidad, Dios nos regala a su Hijo, Dios y hombre, como un don gratuito e inmerecido, y nos invita a cada uno a regalarnos como él lo hizo. Feliz Navidad, especialmente a quienes pasan por dificultades.  Que Dios nos colme en esta Navidad de su paz, de su amor y de mayor fraternidad. ¡Que tanta falta nos hace!

Fernando Chomali

Arzobispo de Concepción

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