Como un “testimonio viviente del amor de Cristo” se reconoce, hoy, en sus 90 años de vida, al padre Ángel Salvador Jiménez Valdebenito, quien recibió el cariño de muchas personas que lo han conocido, en su larga vida pastoral, desarrollada en la Arquidiócesis de Concepción. Con motivo de su cumpleaños, se celebró una Misa, en la casa del Clero, donde reside actualmente.
El padre Ángel, nacido el 11 de mayo de 1928, fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1961, junto al padre Pablo Lago, ya fallecido.
Siempre expresó su alegría de sentirse plenamente bendecido por la llamada vocacional que Dios le hizo en su juventud. Hijo de Manuel y Mercedes, quienes tuvieron seis hijos, dos de ellos sacerdotes, precisamente el hermano mayor, Jorge, también presbítero de nuestra Arquidiócesis, con quien el padre Ángel estuvo muy unido hasta el día en que su hermano falleció.
Nacido en Antofagasta y criado en Viña del Mar, creció en una familia muy sencilla y unida, donde su mamá, quien quedó viuda cuando él era pequeño, trabajó para educarlos y traspasarles la fe a través de la oración y el amor por la Eucaristía.
Testimonios
El padre Ricardo Oliva dijo sentir una emoción grande haber estado con el padre Ángel. Reconoció la entrega a los pobres, a los necesitados, a los enfermos. “Es un testimonio viviente lo que él pudo hacer. Los sacerdotes que fuimos formados pastoralmente a su lado, no dejamos de sentir emoción y agradecimiento por todo lo entregado. Muchas cosas que realizó como párroco, es lo que vi y aprendí de él, que es impagable. Soy un agradecido de Dios de poder haber trabajado junto al padre Ángel durante 4 años, en Tomé”, afirmó.
El padre Francisco Osorio, quien presidió la Santa Misa, recordó el gran cariño hacia el padre Ángel. “He sido muy cercano a él, porque es mi padrino de Bautismo, era amigo de mis papás y desde ahí viene esta relación de amistad y confianza. Es muy emotivo que el padre cumpla 90 años y haya estado presente en esta Eucaristía”, expresó.
El padre Luis Rifo manifestó que “lo primero es dar gracias a Dios por el ministerio sacerdotal y, particularmente, cómo se ha manifestado, de modo especial, el rostro de Cristo, en el padre Ángel. Él tuvo una cercanía muy estrecha con los pobres y siempre tuvo un amor universal hacia las personas. Él ha podido mostrar con mayor nitidez a Jesucristo”.
Entre otros testimonios de cercanía es la de monseñor Alejandro Goic, Obispo de la Diócesis de Rancagua, quien dijo que “Ángel es un hombre enamorado de Jesucristo (…) Este hermano sacerdote no ha hecho otra cosa que preparar el corazón de hombres y mujeres de esta Iglesia de Concepción a un encuentro con Jesús. El único sentido profundo de su vida ha sido ayudar a otros para que tengan un encuentro con Jesucristo, para que este encuentro con el Hijo de Dios sea el que transforme con la gracia del Padre la propia vida”.
La zona de Arauco, Curanilahue, los Álamos, Coelemu y Tomé han sido testigos de su generosidad. Muchos recuerdan que “siempre animó a la oración diaria, el oficio divino, la celebración diaria de la Eucaristía como algo esencial en la vida de un sacerdote”.
En la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, estuvo 26 años sirviendo a la comunidad, que lo recuerda con cariño. El alcalde de la comuna, Eduardo Aguilera”, expresó que “son muchos los hombres y mujeres de nuestro pueblo que podrían dar testimonio de lo que ha sido el Padre Ángel. Vi en él, expresiones de amor, cariño y bondad, preocupación por las distintas situaciones que han pasado los vecinos de Tomé”.
La Iglesia de Concepción en un gesto de digno reconocimiento, ha puesto su nombre a la casa de acogida para familiares de pacientes “Padre Ángel Jiménez”, que se ha convertido en una gran ayuda para muchas personas.