Pbro. Ricardo Valencia asumió como párroco en Santa Juana

Publicado el: 23 Febrero, 2019

“Espero dejar el corazón en esta parroquia” comentó el padre Ricardo Valencia Navarrete, quien tomó posesión de la parroquia Inmaculada Concepción de Santa Juana, sucediendo al padre Claudio Placencia, quien asume en la parroquia San Sebastián de Yumbel.

Con la presencia de numerosas personas, muchas venidas de otras comunidades donde el padre Ricardo sirvió pastoralmente. Presidió la eucaristía, monseñor Fernando Chomali, acompañado de varios sacerdotes y diáconos.

Monseñor manifestó en su homilía, que “lo fundamental de la misión de un sacerdote es anunciar a Jesucristo”, agradeciendo la obra del padre Claudio Placencia, por asumir la reconstrucción del templo, destruido en el terremoto de 27F. “El padre Claudio se sintió tremendamente querido y les pido que así como cuidaron al padre Claudio, cuiden al padre Ricardo, porque no les puedo garantizar que en diez años más tengan un párroco. Lamentablemente, las mies es mucha y los obreros pocos”.

Agregó que “cuidar un sacerdote es quererlo como hermano. Él no es un jefe ni un empleado, es un hermano que tiene un carisma en medio de la comunidad. Significa asumir la inmensa labor pastoral y evangélica, a la luz de la alegría de ser bautizados. El carisma sacerdotal lo pone al servicio de la comunidad y la tiene que animar con su vida  y su alegría de ser cristiano y párroco. La misión, según el Papa Francisco, es una misión que le da sentido a la vida, con una preocupación por los demás y que genera una auténtica comunidad, en medio de una sociedad individualista, y que  la necesitamos más que  nunca”.

El padre Ricardo Valencia tomó posesión de la parroquia, luego de manifestar su profesión de fe y juramento de fidelidad, cumpliendo. Dijo que asumir este desafío lo ve con mucha alegría y “poder compartir la fe que peregrinan en Santa Juana; vamos a poder conocer al Señor juntos  y apoyarnos mutuamente para poder amar al Señor en los hermanos”.

En sus ocho años de sacerdote, ha servido en varias parroquias. Al salir del Seminario estuvo en la parroquia San José de Arauco, donde recibió la ordenación diaconal. “Conocí las comunidades de la costa  y del interior, que son comunidades netamente rurales, pero  también estuve durante tres años en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Cañete y Tirúa, donde los hermanos chilenos y mapuches comparten juntos la fe”

“En esa experiencia, destacaría principalmente  la fe en los campos, que es una fe vivida en el seno familiar, una fe vivida quizás con la eucaristía una vez al mes, pero que se ha  transmitido de generación tras generación, que han recibido la fe de sus padres, en la que muchas veces para celebrar la eucaristía caminan una hora para tomar un bus; una fe que ha sido probada por el sufrimiento , poa la exclusión social, abandonados por el sistema  económico, social y a veces por el gobierno, muchas veces están solos. Para mi es una alegría compartir con cada una de las comunidades en Santa Juana y espero llegar a todas, especialmente las comunidades más pequeñas, que a veces son cuatro o cinco personas. El desafío o animarlos a vivir en comunidad”.

Recordó que concluyó en el Seminario el 2008 y el 15 agosto de 2009, se ordenó de diácono en la parroquia San José de Arauco; luego pasó a servir en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Coronel y simultáneamente, en la parroquia de Schwager, de donde es oriunda mi  familia. Después estuvo en las parroquias San Juan de Mata, San José de Talcahuano, tres años en Cañete y finalmente en la parroquia Natividad de María.

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