Penquista fue ordenado sacerdote en Venezuela

Publicado el: 4 Agosto, 2011

El sábado 30 de julio en la Catedral Metropolitana de Caracas fue ordenado sacerdote Germán Urrea Guzmán, quien se formó en el seminario Redemtoris Mater de esa misma ciudad.

El Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, ordenó a seis nuevos sacerdotes este sábado 30 de julio durante una celebración eucarística que presidió a partir de las 10 de la mañana, en la Catedral Metropolitana de esta ciudad, formulándoles un llamado a “cooperar como pregoneros de la Palabra de vida, como pastores del pueblo santo, y como  sujetos principales de la Eucaristía, el mayor tesoro de la iglesia”.

Igualmente asistió una multitudinaria feligresía que participó entusiasmada con los cantos del Ministerio de Música de la Parroquia “Nuestra Señora del Rosario” de Antímano, bajo la dirección del profesor Alberto Utrera.  El Cardenal Urosa saludó la presencia de delegaciones visitantes de Italia y Chile que asistieron especialmente para participar y acompañar en la ordenación de estos nuevos clérigos.

El nuevo presbítero pertenece a una comunidad del Camino Neocatecumenal en la parroquia La Ascensión del Señor de nuestra Arquidiócesis, en la cual descubrió la vocación a la que lo llamaba el Señor, por lo que fue enviado a formarse como seminarista en un seminario Redemtoris Mater perteneciente a la Arquidiócesis de Caracas. El padre Germán por más de 7 años estudió y se formó descubriendo cómo cada día Dios le confirmaba su vocación. Es así como una veintena de hermanos de su parroquia viajaron a Venezuela para acompañarlo en este gran paso que ha dado en su vida.

El mensaje del Purpurado estuvo centrado en las labores pastorales que deben cumplir estos sacerdotes en Caracas, y de manera especial, habló de la eucaristía. “El sacerdote, ya sea obispo o presbítero, es el único que puede presidir la Eucaristía”, expresó durante la homilía. Destacó que deben “anunciar el evangelio, santificar al pueblo de Dios, y conducirlo por los caminos del Señor”.

Explicó el Cardenal Urosa que “en ese ministerio apostólico resplandece como elemento central la perpetuación de la presencia activa y salvífica de Jesucristo a través del sacramento maravilloso de la Eucaristía”.

Expresó que el “anuncio de la palabra despierta y suscita la fe; la Eucaristía la celebra y realiza la unión perfecta entre Cristo y el creyente. Y el ministerio pastoral guía a los fieles por el camino de la vida hasta la consumación de esa unión por toda la eternidad”.

Otro aspecto que formó parte de las enseñanzas del Cardenal Urosa estuvo relacionado con la santidad. “La relación entre la eucaristía y el sacerdocio nos lleva también a considerar la santidad a la que está llamado el presbítero (…) está llamado a vivir como Jesús, tener sus mismos sentimientos, consagrarse a sí mismo y ofrecerse a Dios, dar la vida como Jesús, por la salvación del mundo. Y esto lo hace el presbítero en su servicio diario a los fieles, en comunión con el obispo y sus hermanos presbíteros, en la atención pastoral realizada con intenso amor y ardor apostólico”, expresó.

Acotó que el sacerdote por estar llamado a vivir como Jesús, “no puede conformarse con una vida espiritual mediocre”. Argumentó que el hombre consagrado a Dios “está llamado a ir por el camino de Cristo, a vivir sus palabras a fondo, para que la alegría del Señor esté presente en su corazón; está llamado a escuchar y cumplir siempre su palabra, para alcanzar la verdadera, auténtica y perpetua felicidad”, indicó.

El Arzobispo de Caracas también habló sobre el celibato sacerdotal. “De manera particular quiero invitarlos a ser fieles en su consagración a servir al Señor para siempre en el celibato, en esa entrega generosa de su corazón, que es simplemente respuesta a una excelsa vocación, a la gracia maravillosa de imitar a Jesús en la entrega de su corazón a Dios y a la salvación de las personas”.

Precisó que “siguiendo ese camino el sacerdote será feliz, y podrá dar testimonio auténtico del Señor. Actuará realmente como lo que debemos ser: enviados, embajadores de Cristo en el mundo, para que la gente lo conozca y lo acoja como su único y verdadero salvador”.

El Padre Arsenio Zambrano tomó la palabra en nombre de los nuevos sacerdotes. “Considero este día como muy importante para la Iglesia y por ello quiero darle gracias a Dios”, dijo. También tuvo palabras de agradecimiento para las distintas parroquias donde fueron recibidos para cumplir sus labores durante el periodo de formación. Con el acto de la imposición de manos que hizo el Arzobispo de Caracas a estos nuevos sacerdotes, se dio un paso importante para motivar e impulsar con dinamismo las acciones pastorales y de evangelización que emprende la Iglesia en la Capital de Venezuela.  Finalmente, en el tradicional acto de “besar manos”, la feligresía se fundía en completo abrazo con sus noveles pastores.

Fuentes: Comunicaciones Arzobispado de Caracas, Venezuela

 

 

 

 

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