Nuevo invernadero orgánico acogerá a jóvenes con Síndrome de Down

Publicado el: 26 Abril, 2018

Con gran entusiasmo comenzaron los trabajos para el nuevo proyecto social de la Iglesia de Concepción, que estará destinado a abrir otro espacio laboral para jóvenes con Síndrome de Down. Al exitoso proyecto de Lavandería Industrial 21, se sumará, ahora, un invernadero orgánico que aplicará nuevas tecnologías en el cultivo de hortalizas.

El coordinador de la iniciativa es el presbítero Pedro Gómez, Vicario General de la Arquidiócesis, quien realizó estudios en el ámbito de la “Conversión ecológica” y que junto a un equipo técnico y profesional, trabaja en la implementación del proyecto, que ha impulsado con mucha energía, monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de Concepción.

El proyecto consiste en la construcción de un invernadero, con dos propósitos específicos, según lo explicado por el padre Pedro. “Primero, desarrollar el cultivo de hortalizas, a través de un método que sea amable con el medio ambiente, en la preparación del terreno, en el empleo de materia orgánica, en que se usen desechos reciclables y puedan ser reutilizados y echados a la tierra para fertilizarla (compost). Lo segundo, aquí trabajarán personas con Síndrome de Down, igual que en Lavandería Industrial 21. Queremos que sea una nueva fuente laboral para estas personas”, subrayó.

El invernadero estará instalado en terrenos ubicados en casa Betania (Julio Parada 490), en Concepción. En el lugar comenzaron los cimientos de la obra, que espera estar levantada en un mes y medio, en tanto, también se comenzarán los trabajos de preparación de la tierra de cultivo.

“El invernadero acogerá, inicialmente, a un grupo pequeño de jóvenes, mientras se va fortaleciendo en el tiempo. La idea es que este proyecto, con este modelo, pueda fomentarse en colegios y parroquias”, precisó.

Para sacar adelante esta iniciativa social, se ha conformado un equipo, en que participa un diácono permanente, experto en el tema ambiental, además de un lacio, que estará a cargo de la instalación y el propio padre Pedro, quien tiene  conocimientos en el ámbito de la “conversión ecológica”, en el contexto de Laudato Si y recordó que antes de iniciar su formación sacerdotal, había realizado estudios en el área de la agricultura y forestal. Aparte, se tomará contacto con laicos voluntarios que puedan colaborar.

Precisó que este proyecto tendrá también la finalidad de generar otras iniciativas anexas. “Por ejemplo, en el tema de la semilla, generar un banco de semillas y establecer nexos para el tema del reciclaje”, comentó.

El P. Pedro  señaló que esta iniciativa va muy ligada a la línea de lo que el Papa Francisco, planteado en la Encíclica Laudato Si, respecto al cuidado de la tierra. “Tiene mucho que ver con el cuidado de la “casa común” y su la vinculación con el tema social”, enfatizó.

El invernadero tendrá una superficie de 130 metros cuadrados y su techumbre será de policarbonato, para una mayor duración. Se estima que ya estará en condiciones de funcionamiento en un medio y medio. Básicamente se  cultivarán hortalizas y posteriormente, se implementarán otras líneas de producción como plantas ornamentales o árboles. La producción de hortalizas podrá destinarse al casino de Casa Betania o de venta al público. “Se está pensando, inicialmente, en la producción de verduras (lechugas, rabanitos, tomates, entre otras). No es un monocultivo, sino que el sistema permite diversificar la producción”, añadió.

Adelantó que “si bien no se ha definido bien el nombre del Invernadero, por sugerencia de monseñor Fernando Chomali, podría llamarse Simón de Cirene, basada en la imagen del Evangelio, que nos presenta a Jesús llevando la cruz y la ayuda de una persona. Hoy, vemos que nosotros podemos ayudar a llevar la cruz de otros hermanos, en este caso,  de jóvenes con síndrome de Down,  acompañarlos y ofrecerles una fuente laboral de sustento. Por otro lado, descubrir que Cristo mismo es el primero que se hizo cireneo, Él nos ayuda a cargar nuestras propias debilidades y fragilidades y nos invita a ser muy compasivos y misericordiosos, ser expresión también de obras de misericordia a que nos invita el Papa Francisco”, concluyó.

 

 

 

 

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