Una reflexión sobre Navidad

Publicado el: 24 Diciembre, 2018

Reflexión de nuestro Arzobispo, Monseñor Fernando Chomali, publicada en la edición de hoy 24 de diciembre, en diario El Sur de Concepción.

 

Chile vive un momento crucial de su historia. Con mucha convicción están apareciendo justas demandas sociales, y por doquier. Son cada vez menos aceptadas las formas de injustas discriminaciones y aumentan las exigencias a quienes ostentan responsabilidades públicas. A ello se le suma un mayor y creciente desprestigio de las instituciones que hasta hace poco representaban la voz de los sin voz, y eran reconocidas defensoras del desvalido y fuente de confianza y seguridad para la ciudadanía.

Temas relevantes como el injusto trato de los pueblos originarios, la necesidad de cuidar el medio ambiente, lograr una mayor equidad en muchos ámbitos entre el hombre y la mujer, y terminar decididamente con las odiosas brechas sociales y económicas a nivel nacional y mundial, están muy presentes en amplios sectores de la sociedad, que hoy, además, tienen múltiples formas de expresarse.

Estas justas demandas aparecen con fuerza en medio de una sociedad que tiende a promover al individuo por sobre el bien común y que ha ido cediendo a paso agigantado al uso de la violencia para lograr sus objetivos. Ello ha traído la muerte de tantas personas, que se pudieron haber evitado, destrozos que dañan los lugares comunes y altos niveles de inseguridad. Chile es un país herido donde la violencia de todo tipo es uno de sus síntomas más patente.

Muchos apuestan a cambios estructurales para salir de esta situación que hiere la consciencia de muchos. Necesarios y urgentes, por cierto. Sin embargo, pocos son los que apuestan a preguntarse seriamente en qué medida con sus pensamientos, actos y omisiones generan este ambiente difícil de asimilar y en el que no resulta fácil vivir, y están decididamente dispuestos a cambiar el curso de sus vidas.

Jesús en Navidad nos recuerda, al nacer en un pesebre, que desde lo sencillo, lo humilde, incluso lo despreciado, se puede construir una sociedad más justa. El nacimiento de Dios en estos días nos recuerda que desde la humildad de los acontecimientos cotidianos, la sencillez en el hablar y en el actuar, a semejanza de la Virgen María, se esconde una gran fuerza -sino la mayor- para emprender caminos reales de cambio en lo personal, familiar y social.

El mejor regalo que le podemos pedir a Jesús es que nos haga más humildes, más sencillos, y que nos ayude a desterrar de nuestras vidas la palabra hiriente, el expresarnos mal de otros y perjudicarlo. El pesebre de Belén es una invitación a que nos pongamos raudamente a trabajar dando lo mejor de nosotros mismos por los demás, con el fin de superar tantas injusticias que claman al cielo.

Este regalo se traducirá en mayor armonía personal y social, en mayor respeto en nuestras relaciones humanas, en mayor solidaridad y, en consecuencia, en más justicia.

Dios permita que esta Navidad y el año 2019 nos colme del gozo que nos trae el Salvador y que toque con su amor, su misericordia y su brazo poderoso a quienes pasan por dificultades, de modo especial los migrantes, los que están privados de libertad, los que están enfermos, sobre todo los enfermos terminales, los que viven situaciones familiares difíciles de toda índole y los que viven sin esperanza.

Fernando Chomali Garib

Arzobispo de Concepción

 

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