Acción solidaria permite confeccionar mascarillas para prevenir Covid-19

Publicado el: 26 Marzo, 2020

Un matrimonio católico francés, que misiona en Concepción, y un taller de ornamentos litúrgicos de Chiguayante, unieron esfuerzos y con apoyo del Arzobispado, desarrollan como iniciativa solidaria, la confección de mascarillas para la prevención de Covid-19.

Sylvianne y Stephane Adloff, matrimonio que misiona en Concepción,  comenta que “al observar lo que está sucediendo en Francia, nuestro país de origen, donde vive nuestra familia, notamos la semana pasada que algunos, incluidos los hospitales, requerían mascarillas de prevención, hechas de tela. Chile aún no está contaminado como Europa, pero creemos que tenemos que hacer lo que se puede para prevenir ese impacto. Creemos que, como en Francia, la situación degradada alentará a las personas a hacer máscaras de tela”

Aclara que “no son mascarillas médicas, pero permiten mejorar las medidas de barrera, respetar mejor la distancia entre las personas, evitar llevar las manos a la boca y para que los enfermos no contaminen a otros, al toser o estornudar, porque retienen los virus, por lo tanto, son muy útiles”.

Hace notar que “estamos en misión al servicio del Arzobispado de Concepción, desde 18 meses y prolongado por 6 meses. Tenemos una máquina de coser y un poco de tela, por lo que empezamos a desarrollar la idea. Desde hace algún tiempo, como todos los chilenos, nuestras acciones son muy reducidas. Entonces, el viernes 22 de marzo, decidimos hacer algunas mascarillas para las personas en nuestro edificio. Y al mismo tiempo, le propusimos la idea a Monseñor Fernando Chomali, quien la aplaudió inmediatamente”.

Agrega que al día siguiente, “nos pidió que hiciéramos una producción más masiva, para lo cual nos propuso asociarnos con el taller de ropa litúrgica de la comunidad brasileña Mar Adentro, en Chiguayante y comprometió algunos recursos para comprar las materias primas (tela de algodón, moleton y elásticos)”.

Expresa que decidieron hacer un patrón (diseño de mascarilla) y algunas instrucciones para el uso. “Esto es esencial porque, repito, estas no son máscaras médicas, se debe seguir un protocolo estricto para usarlas adecuadamente; por ejemplo, retirar de los lados, para no tocar el área contaminada; son lavables (con agua tibia y jabón), debe hacerlo inmediatamente cuando llegue a casa; y, en cualquier caso, es esencial lavarse bien las manos. Todo esto es muy importante”, subraya Stephane.

“Y tan pronto como las tiendas abrieron el lunes 23 de marzo, compramos todo el material  necesario y lo llevamos a la hermana Vilma Alberti, laica consagrada de la comunidad Mar Adentro, en  Chiguayante, quien se comprometió a  confeccionar, en el taller,  mascarillas basadas en nuestro modelo”, afirma.

El matrimonio trabaja en nuestra casa, que transformaron en un taller de costura. “Estamos acostumbrados a cambiar nuestro entorno cuando sea necesario. Aunque este trabajo es muy repetitivo, sabemos que trabajamos para ayudar a otros. Es muy importante, en este período, ser voluntario para ayudar a quienes más lo necesitan, a la familia, a los nuestros vecinos, a quienes conocemos, a quienes están en la calle… Todos podemos,  simplemente ayudar con fraternidad y caridad, usando los talentos para el beneficio de la comunidad”, reflexiona.

Desde el martes 24 de marzo, han confeccionado, junto con el taller de Mar Adentro, cerca de 300 mascarillas. “Continuaremos en este desafío, porque a pedido de Monseñor Chomali, este viernes 27, haremos mascarillas para el Hospital Regional de Concepción.

El matrimonio está dedicado exclusivamente a esta actividad. “Queremos producir una cantidad suficiente de máscaras, antes de una cuarentena obligatoria para todos. También nos da la oportunidad de pasar tiempo en oración con el Señor. Fue él quien nos dio esta idea, esta fortaleza para organizar este taller”, manifiesta.

“Estamos viviendo una Cuaresma muy especial. Hay que vivir una Cuaresma no plegada sobre nosotros mismos, sino que, por el contrario, dirigida hacia este mundo atormentado, desplegando toda la fuerza, la esperanza y la alegría que nos da a todos. Pero podemos considerar nuestra pobreza como oportunidades para nuestra humanidad que se perfecciona bajo los golpes de la adversidad”, precisa.

Inicialmente, las mascarillas estaban destinadas a las personas de la diócesis que deben continuar su trabajo, aquellos que trabajan con los ancianos, con las personas que viven en la calle, etc. Y ahora,  se confecciona para el Hospital Regional de Concepción.

Aclara que las mascarillas no se venden. “Son donaciones de la iglesia que deben ir a los más vulnerables a COVID 19. No debemos aprovechar la difícil situación de las personas. El desafío es poder confeccionar junto con el trabajo de la Comunidad Mar Adentro, 400 a 500 mascarillas por semana”

GALERÍA DE FOTOS
© Arzobispado de Concepción