Más de un centenar de niños y jóvenes que sirven en el altar en cada Eucaristía que se celebra en sus parroquias, se reunieron en el colegio Sagrados Corazones para conmemorar su día y recordar a su patrono san Tarcisio.
La jornada comenzó con una actividad organizada por el departamento de liturgia y pastoral vocacional, en donde los jóvenes, junto a algunos padres que los acompañaron, pudieron conocer un poco más de nuestra Arquidiócesis y de lo que significa la Misión Joven.
Luego vino la celebración de la Eucaristía, que fue presidida por Monseñor Fernando Chomali. Una asamblea con decenas de niños vestidos de blanco provenientes de distintos puntos de nuestra Arquidiócesis. Nuestro Arzobispo durante su homilía se refirió a los niños que entregan este servicio, señalando “ustedes son personas muy importantes para la Iglesia por varias razones, la primera es que ustedes demuestran que Dios no solamente existe, sino que también sigue actuando en la historia y en el corazón de muchos hombres y niños”.
Agregó que hoy los jóvenes están permanentemente bombardeados por la publicidad, productos, internet y por muchas cosas feas como la violencia e incluso a muy corta edad se dan cuenta que eso no conduce a ninguna parte y esperan algo más “quieren más de Dios, esta es la verdad, han sido tocados desde muy niños para estar con Dios”.
“Ustedes colaborando en el altar le dan vida a mucha gente, porque Cristo dice que su Cuerpo es el Pan de Vida y ustedes colaboran para que mucha gente se encuentre con Él de una manera tan maravillosa como es el momento de la comunión y eso sin lugar a dudas lo tenemos que agradecer”.
“Ustedes son también importantes porque hoy las personas quieren vivir su fe en lo privado y ustedes quieren hacerla pública, porque ustedes desde muy niño no solamente dicen ser católicos, sino que además quieren que se les note que son católicos y por eso que se ponen el alba y en el altar y las personas los reconocen como católicos, ustedes son luz, son ejemplo para muchos jóvenes y estoy seguro que los primeros promotores son ustedes invitando a sus amigos a ser acólitos”, añadió.
Finalmente los invitó a discernir y descubrir si estando cerca del altar el Señor les está dando un signo de que están siendo llamados a la vocación sacerdotal, lo que es una tarea que tienen que promover en primer lugar los padres, quienes están llamados a cuidar y hacer crecer este llamado.
Después de celebrar la Eucaristía los jóvenes compartieron unos exquisitos completos y bebidas para así concluir con esta jornada en la que se les dejó invitados para reunirse nuevamente en octubre del presente año.
