Comedores fraternos: una respuesta solidaria y comunitaria en tiempos de pandemia

Publicado el: 24 Mayo, 2021

“Entonces, ya no digo que tengo ‘prójimos’ a quienes debo ayudar, sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros” (FT 81).

Los comedores fraternos y ollas comunes implementadas por las comunidades parroquiales son iniciativas espontáneas que surgen desde el Evangelio, por amor a Dios y a los hermanos. En tiempo de gran necesidad, como lo es hoy debido a la pandemia por Covid-19, son muchas las personas que se han visto afectadas económicamente, han perdido sus trabajos, o bien han aumentado su situación de vulnerabilidad al estar impedidos de realizar alguna actividad que les signifique ingresos económicos.

Ante esta situación, la comunidad eclesial, ha movilizado y articulado medios de variada naturaleza, para aliviar las necesidades de alimentación de quienes lo necesiten, para que así a nadie le falte un plato de comida en su mesa. Sobre esta iniciativa, Gabriela Gutiérrez, delegada Episcopal para la Pastoral Social, señaló que “sin duda este gesto tiene como principio una solidaridad afectiva y efectiva. Creo que lo realmente relevante aquí es que la Iglesia a través de esta acción no queda indiferente, sino que sale al encuentro y asume su misión. Finalmente, en las obras concretas a personas concretas, estamos haciendo realidad el mandamiento del amor”.

Entre los rasgos que se pueden identificar en la acción de los agentes pastorales y voluntarios que llevan adelante estas iniciativas destaca la organización sencilla pero eficiente, la creatividad para articular medios y recursos, el enfoque comunitario, que integra no solo a la comunidad eclesial sino a los vecinos del barrio y a personas de buena voluntad, a otras organizaciones e instituciones, y el espíritu misionero. En esa línea, la delegada Episcopal explicó que “tenemos una pedagogía, que sirve, acoge y promociona, que nos exige crecer más cada día a todos, para que el servicio que realizamos no humille, sino que dignifique al hermano. El Papa Francisco nos dice: “Aún somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas” (FT 64).

Como resultado el 2020 funcionaron 22 comedores fraternos y 6 ollas comunes apoyadas desde las comunidades parroquiales, entregando 5.000 raciones semanales. En abril de 2021, en plena cuarentena para la mayoría de las comunas de la Arquidiócesis, se encuentran operativos alrededor de 15 comedores que han dado continuidad a la entrega de almuerzos. 

Pese a que existe cansancio por parte de los voluntarios, la alegría de servir a los hermanos y la oración los mantiene firmes en su propósito. Respecto de lo anterior, Gutiérrez comentó que “en esto toda la comunidad puede ayudar, de eso no nos podemos cansar. Hoy la clave está en el enunciado ‘hacerme prójimo’, compartir lo que tengo, los alimentos, los recursos económicos, tiempo para servir o compartir algún bien que facilite la acción, por ejemplo, un vehículo de traslado”. 

Tras esto, añadió: “Son tantas las formas de servir. Además de las distintas iniciativas sociales, que sumadas a los comedores y a las ollas comunes parroquiales, hacen posible hoy mantener la esperanza. Espero que este año sean más las personas que se sumen a la red solidaria de la Iglesia. ¿Cómo?, primero en la parroquia o en la comunidad más cercana, aportando a las diferentes campañas locales y diocesanas”.

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