Con gran devoción se vivió fiesta de la Divina Misericordia

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Publicado el: 12 abril, 2015

Con gran cariño la comunidad celebró la fiesta de Jesús de la Divina Misericordia, en el santuario en construcción, en el sector La Puntilla de Lo Galindo, en Concepción.

Hasta el lugar, un tanto apartado de la ciudad, desde muy temprano, este domingo 12 de abril, comenzaron a llegar los devotos, para participar del programa que se inició con una eucaristía, a las 10 de la mañana; posteriormente, al mediodía; y a las 15 horas, se realizó el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia y adoración al Santísimo, para concluir a las 16:00 con una última eucaristía.

Los organizadores indicaron que “todo se ha preparado esto con mucho cariño, porque Dios quiere también a acercarse a nosotros, con su amor, su misericordia y su bondad”.

Para el Pbro. Edgardo Ojeda, coordinador diocesano del Apostolado, señaló que “la devoción de Jesús de la Divina Misericordia toma cada vez más fuerza. Hoy, pese a la distancia y el  difícil acceso, llegaron muchos devotos y esto nos motiva a seguir trabajando, sobre todo en este año, en que el Papa Francisco ha establecido  el Año de la Misericordia.

Indicó, además, que en cada parroquia existen los grupos de la Divina Misericordia y todos los martes se realizan reuniones de coordinación y formación, en la parroquia San Ramón, que está funcionando como sede provisoria del Apostolado, con la finalidad de ir formando los distintos líderes y encargados de grupos para un mejor apostolado en sus distintas comunidades.

Explicó, además, que “ser devoto de la Divina Misericordia es ser devoto de Jesús, porque Él mismo se le apareció a Santa Faustina Kowalska, a quien le pide que se instaure esta fiesta; ser devoto de la Divina Misericordia es ser devoto de ese amor que el Señor quiere derramar sobre cada uno de nosotros y más que devoto ser receptor y transmisor de la misericordia de Dios”.

Sobre el proyecto del santuario, el Padre Edgardo dijo que ya está terminada la primera parte, con el altar y la cruz, en tanto, se sigue recaudando fondos para el cierre perimetral del predio y, en estos días, se instalará una casa para el cuidador.

La Misa de las 12 horas fue presidida por el Pbro. Miguel Almeida, párroco de Todos los Santos de Talcahuano, quien en su mensaje señaló que “hoy es un día muy lindo y tenemos doble desafío: construir un santuario, pero primero hay que construir la comunidad. Si no hay piedra viva, la verdad es que el templo no sirve mucho. Y nosotros sabemos cuál es el camino,  para hacer de la comunidad un instrumento de salvación”.

Agregó que “hay que dejarse que el amor de Dios penetre en nuestro corazón, el Dios que se compadece de nosotros, que conoce de nuestro dolor, que no es indiferente a la historia de cada uno” y pidió a los fieles para que al término de la  eucaristía compartieran con otras personas, para descubrir en el otro, el rostro de Jesús, “si no, nunca encontrarán a Jesús, porque nadie puede amar a Dios si no ama a sus hermanos”, concluyó.

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