Nutridos por los dones del Espíritu Santo, los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades de la Arquidiócesis de Concepción se reunieron este sábado 18 de mayo para celebrar la Fiesta de Pentecostés junto a Monseñor Fernando Chomali en el templo catedral.
La jornada comenzó con un momento de imploración al Espíritu Santo a cargo del padre Enrique Da Fonseca, encargado del Departamento de Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades de la Arquidiócesis de Concepción.
Luego se dio paso a los testimonios de algunos miembros de distintos Movimientos, el primero en dar su experiencia fue el padre Agostino Molteni, quien habló de que todos los cristianos somos coherederos de Cristo por obra del Espíritu Santo; luego fue el turno de las Hermanas del Foyer de Caridad, quienes resaltaron el papel de María en el Cenáculo.
Más tarde se rezó la Novena del Espíritu Santo con oraciones y proclamación de la Palabra de Dios, la que estuvo a cargo de los Movimientos: Amac Concepción, Schoenstatt, Focolares, Talleres de Oración y Vida, Orden Franciscana Seglar, Camino Neocatecumenal, Cursillos de Cristiandad, Amac Parroquial y Divina Misericordia.
En seguida llegó el momento de la petición de dones del Espíritu Santo que fue responsabilidad de los Movimientos: Encuentro Matrimonial, Hermandad del Comercio, Orden Franciscana Seglar de Hualpén, Obrero de Acción Católica, Comunidad de Vida Cristiana y Hermandad de Trabajadores.
Terminada esta liturgia se celebró la Eucaristía presidida por nuestro Arzobispo en la que señaló que “esta vigilia es una espera con esperanza, porque sabemos que lo que se nos ha prometido vino y va a volver, y mientras tanto hacemos fiesta por el Espíritu Santo que ha permanecido entre nosotros”.
“Qué maravilla saber que no estamos solos, que el Espíritu de Dios, el Espíritu creador ilumina nuestra conciencia, nuestra vida y nos ayuda a vivir conforme a su voluntad y por eso decimos que renueve todas las cosas, empezando por nosotros mismos, nuestra inteligencia, nuestra voluntad”, agregó Monseñor Chomali.
“Doy gracias a Dios por cada uno de ustedes, por los Movimientos a los cuales pertenecen y nuevas realidades, cada Movimiento es un don de Dios para la Iglesia, es un regalo para la vida de la Iglesia inspirado por el Espíritu Santo que nos llama a la Misión. Gracias por su testimonio y vocación cristiana que se centra en el Señor”, Concluyó.
