Con una Misa, la parroquia san José de Arauco celebró el Día Nacional del Catequista, en que se compartió el pan de la Palabra y luego se disfrutó una cena fraterna en las nuevas dependencias de la casa pastoral.
En la Eucaristía, se vivió un momento de oración, donde una cincuentena de laicos, quienes prestan un servicio a la Iglesia como catequistas, renovaron su compromiso para formar a niños, jóvenes y adultos, en comunión con la Iglesia y buscando siempre testimoniar lo que anuncian. Por este motivo, se oró junto a toda la comunidad para que de palabra y de obra, todos los catequistas, comenzando por el Párroco, transmitir el gran amor de Dios a los demás y adoctrinar, siguiendo los lineamientos del Magisterio.
El párroco, padre José Miguel San Martín señaló que fue la ocasión propicia para agradecer a todos y cada uno de quienes participan, dando este servicio a la Parroquia de Arauco, y dar un especial reconocimiento a la Coordinadora, Nelly Frist, que por dos años ha desempeñado este cargo, impulsando el proceso de poder llegar a los lugares más apartados de la sede Parroquial. Así también fue el momento para que el Párroco acentuara algunos puntos de Formación al estar reunido con estos fieles colaboradores. “Los catequistas, como personas de fe, somos hombres y mujeres de la Iglesia. Nuestra vida es sostenida y animada por Cristo Resucitado. Desarrollar nuestro servicio como si hubiéramos escuchado al Señor Resucitado alentándonos a echar las redes mar adentro, como si hubiésemos visto con nuestros propios ojos las llagas del cuerpo glorificado de Jesús; como si nos hubiéramos quedado mirando el cielo durante la Ascensión. Nuestra fe, la fe del catequista no proviene esencialmente de cuánto sabemos o de cuánto hemos estudiado, ni siquiera de cuán buenos somos o de nuestra habilidad metodológica. La fe del catequista en Jesucristo es fundamental y se apoya en la certeza de la Resurrección”.
Agregó a los catequistas, “a tener la certeza que, mientras más comunicamos nuestra fe, y mientras más lo hacemos con la alegría de nuestra vida, más crecemos en esa misma experiencia de fe”.
