Un mensaje de esperanza y de mucha confianza en Dios entregó monseñor Fernando Chomali, durante la celebración de la festividad de la Inmaculada Concepción.
Miles de personas peregrinaron al cerro La Virgen, en Concepción y algunas también lo hicieron en Coronel, Lirquén y diversos lugares de la Arquidiócesis.
Durante la procesión se reflexionó en torno a la exhortación apostólica Evangelium Gaudium del Papa Francisco, animada con el rezo del Santo Rosario y cantos. En el cerro, la Virgen fue recibida con pañuelos blancos, previo a la última Misa del día.
En la Eucaristía presidida por Monseñor Chomali y concelebrada por sacerdotes y diáconos, el Pastor agradeció al Seminario, al equipo de Liturgia, a Carabineros, Defensa Civil, Cruz Roja, Scouts, y otras personas que colaboraron para el desarrollo de la celebración en el cerro La Virgen.
“La respuesta de María es lo que anhelo como Obispo para nuestra Iglesia, los sacerdotes, los diáconos, los seminaristas, todos. “Yo soy la servidora del Señor, háganse en mí según tu palabra”. La primera obligación de un católico es buscar la voluntad de Dios. Debemos preguntarnos lo que Él quiere y no lo que el retail quiere; no preguntarnos lo que la propaganda nos dice, sino hacer lo que la voluntad de Dios quiere. Ésa debe ser nuestra alegría y nuestra gran fortaleza. Ese es el patrimonio de Chile, que es un país cristiano, un país que funda su vida y sus leyes en Dios”, señaló.
Agregó, señalando que “sueño una Iglesia alegre, que no teme de creer y que nada nos va a separar del amor de Dios; de saber que en Él ponemos toda nuestra confianza; una Iglesia que se preocupa de los más necesitados. Cuántos de ustedes, quizás, estén alejados de la Iglesia y han venido a este lugar. Esta maravilla la pueden vivir todos los domingos en sus parroquias, movimientos, colegios. Una Iglesia que no busca el poder, sino que busca servir a los demás”.
Dijo que “tenemos muchos motivos para alegrarnos; Dios nos convoca en el amor, en la bondad, en la fraternidad, para hacer un mundo mejor. Esta es nuestra esperanza y nuestra alegría y es lo que queremos transmitir a las futuras generaciones. Estamos en Adviento, que es un tiempo de esperanza y los invito a que demos esperanza; que seamos fuente de esperanza en el espacio en que nos toca vivir. Hoy, Chile, necesita mucha esperanza y necesita mucha fe. Dios quiera que el 24 de diciembre, en la noche, nadie falte a la celebración de Jesús, para celebrar que Dios está con nosotros. Vale la pena tener vida espiritual, vale la pena tener a Cristo en el corazón”, concluyó, dando la bendición a los miles de asistentes, quienes levantaron sus objetos de piedad y luego aplaudieron.
Durante esta hermosa fiesta, muchas personas también quisieron compartir su alegría a través de las redes sociales, y fueron parte de un álbum fotográfico en Facebook, y Twitter, enviando fotos de celebraciones en distintos lugares de la Arquidiócesis.