Sobre los valores de la paz y la justicia, el Vicario General de la Arquidiócesis, Pbro. Juan Carlos Marín, llamó a las autoridades y a la comunidad a trabajar por el bien del país y la región.
En la Catedral, se celebró una Eucaristía que presidió el Padre Juan Carlos Marín, a la que asistieron las autoridades de Gobierno, encabezadas por el Intendente regional, Rodrigo Díaz.
En su homilía, el Padre Juan Carlos dijo que “nos encontramos hoy para orar por la paz y la justicia en nuestra patria; dar gracias a Dios por los bienes que nos ha regalado como nación y por los hombres y mujeres que conforman nuestra patria. Cuántos habitantes anónimos y esforzados, en nuestra tierra, han ido construyendo, poco a poco, la paz, la justicia, la verdad, la libertad, la conversión y el amor”.
Sin embargo, planteó que “falta mucho por construir; muchas heridas que sanar, muchas carencias por resolver, en todo nivel. Pero sabemos que dentro de esa fragilidad, debemos dar gracias a todos los que han ido logrando con sacrificio diario, la paz y la justicia”.
Reflexionó respecto a que “la paz es un valor universal; la paz no es solo ausencia de guerra, sino que se funda, sobre todo, en una correcta concepción de la persona humana y requiere la planificación de un orden, según la justicia y la caridad. La paz es fruto de la justicia; la paz peligra cuando al hombre no se le respeta su dignidad y cuando la convivencia no está orientada hacia el bien común”.
Recalcó que la paz es fruto del amor y que “la verdadera paz tiene más caridad y de justicia; la paz misma es un acto propio y específico de la caridad. Por eso, Jesús nos dirá que todos los que trabajan por la paz, serán llamados Hijos de Dios. La paz es fruto de la justicia y es fruto del amor”.
En tanto, hizo ver que “la violencia no constituye jamás una respuesta justa” y que “la Iglesia proclama con convicción de su fe en Cristo, y la conciencia de su misión, que la violencia es un mal; que la violencia es inaceptable como solución a los problemas; que la violencia es indigna del hombre: La violencia es una mentira, porque va contra la verdadera fe; la verdad de nuestra humanidad. La violencia destruye lo que pretende defender, la dignidad, la vida la libertad del ser humano; no a la violencia, sí a la paz, fruto del amor”.
Tenemos que seguir avanzando en la paz y la justicia de nuestra patria, especialmente hoy que convoca para podamos orar por la justicia, la verdad y la reconciliación en este 11 de septiembre. Tenemos que seguir avanzando en la paz, la justicia, en la búsqueda de la verdad. No olvidemos a los familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, que buscan la verdad y la justicia y solo así van a encontrar la paz.
Manifestó, además, que “la paz no se construye desde el silencio, aunque algunos dicen que no hay pactos de silencio, pero la paz no se construye desde los pactos de silencio, porque estos pactos son una forma de violencia inaceptable, que destruye la dignidad humana y prolonga el duelo de los familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos que fueron arrancados desde sus hogares”.
Al concluir su mensaje, el Vicario General llamó a “construir una nación que sea una casa común como lo ha dicho el Papa Francisco; una nación que sea una casa común al servicio de la persona humana y del amor. El amor debe estar y penetrar todas las relaciones sociales; el amor es social. Sólo la caridad puede cambiar completamente al hombre, que el buen Jesús que nos convoca, ayude a la paz y la justicia en nuestra patria; ayude a la reconciliación, a la unidad sincera, a la apertura del corazón de los distintos desafíos que tiene nuestra nación; que el buen Jesús ayude y fortalezca especialmente a nuestras autoridades regionales y nos siga regalando el don de la sana convivencia nacional y regional, en un auténtico espíritu de paz, justicia y reconciliación ciudadana”.