Cinco jóvenes e igual número de asesores, pertenecientes a la delegación de la diócesis de Punta Arenas, fueron los primeros en llegar a Concepción para participar del Primer Congreso Nacional de Jóvenes Católicos.
Los delegados fueron recibidos a las siete de la mañana en el terminal de buses, por familias de la parroquia San Juan de Mata, para luego trasladarse a las casas de quienes les acogían en busca del descanso que reparara el agobio producido por el viaje.
Cerca del mediodía, las jóvenes Graciela Velásquez, de la parroquia Cristo Obrero, Joselyn Ruiz, de la Juventud Mariana Vicentina, ambas representantes de la Pastoral Juvenil Diocesana de Magallanes, nos entregaron su testimonio acerca de lo que esperan de este gran encuentro. “Venimos con todo el ánimo, con las ganas de participar, de aprender, mostrar las cosas que nosotros hacemos y cómo se vive la pastoral juvenil allá”, indicó Graciela, juicio que reafirmó Joselyn indicando que “queremos compartir nuestras experiencias con los demás, y a la vez aprender de ellos”.
Esta gran cita de la Iglesia Joven de Chile no sólo será un hito para sus protagonistas, sino también para las familias que les acogerán. Patricia Muñoz, quien acogió a las jóvenes puntarenenses, señaló que “es primera vez que recibo chicas de fuera, se dio la oportunidad porque nos pidieron una colaboración, y yo encantada. Espero quedarme con una bonita y nueva experiencia por lo lindo que ellas hacen, a estas alturas la juventud no está muy apegada a la Iglesia”.
Los delegados de Punta Arenas se reunieron al mediodía en el frontis de la catedral, para recorrer el centro penquista y aprovechar el día de ventaja que tienen sobre quienes no han arribado aún a Concepción.
