Día del niño en la Arquidiócesis de la Santísima Concepción

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Publicado el: 8 agosto, 2021

Cada segundo domingo del mes de agosto, en nuestro país, celebramos el día del niño. Un día conmemorativo donde debemos resaltar la importancia del bienestar y el resguardo de los derechos de todos los niños y niñas. En ese sentido, las citas bíblicas nos enseñan cuán importantes son los niños para Jesús.

Jesús, como lo constatan los evangelistas, tuvo gestos concretos de cariño hacia los niños: los acoge, los estrecha entre sus brazos, les impone las manos y reza al Padre Dios por ellos. Se identifica con los pequeños, y cuando en cierta ocasión, los apóstoles discuten sobre quién era el más grande, tomó a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a aquel que me ha enviado» (Lc 9, 47-49).

La preocupación de la Iglesia por los más pequeños ha sido una de las constantes en toda su historia. En diversas cartas, exhortaciones y documentos eclesiales existen llamados que nos urgen a un mayor compromiso con los niños y una persistente afirmación de que son los padres los primeros y más importantes educadores en la fe de sus hijos.

La Vicaría Pastoral para el Servicio de la Niñez (VPSEN) es aquella instancia de la Iglesia que acompaña a los niños en su proceso de fe aportando los elementos, así como también generando los espacios necesarios para que se sientan parte de la comunidad cristiana. Por lo mismo, creemos que la educación religiosa del niño debe empezar desde que intentan dar sus primeros pasos en la vida, pues retrasarla hasta que alcance la edad adulta sería privarlo del conocimiento de Dios. Proporcionar el encuentro de los niños con Jesús, y descubriendo su pertenencia a la Iglesia, acompañándolos en dicho proceso de convencimiento mediante la entrega de diversas herramientas. Jesús dijo “dejar que los niños vengan a mí”. Para educar a los niños en la fe, se requiere mucha creatividad y conocimiento profundo del alma infantil.

Ellos son nuestro testimonio de esperanza digna de imitar, oremos por ellos, para velar por cada uno de los niños de nuestras familias y comunidad: 

Oración ¡Jesús, hijo de Dios, mi amigo! 

Jesús, hijo de Dios,
amigo, fuiste niño,
te hiciste grande
y el cielo nos regalaste.

Te ruego por los que quiero
que a ninguno falte el sustento.
Ayúdame a ser responsable
y de Dios nunca olvidarme.

Quiero un mundo más humano
donde todos seamos hermanos.
Cuidemos la creación,
respetando al hermano menor
y juntos alabemos al Señor 

Amén 

Equipo VPSEN

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