Foyer de Charité de Tomé celebra su Año Jubilar

Publicado el: 12 Abril, 2022

A finales de marzo, la Arquidiócesis de Concepción recibió una hermosa noticia desde la Santa Sede, pues la Penitenciaría Apostólica concedió una Indulgencia Plenaria a quienes visiten como peregrinos la capilla del Foyer de Charité, ubicado en el sector Bellavista de Tomé, por los 50 años que cumplirá el 13 de octubre de este 2022. 

Gladys Gajardo, quien es responsable de la comunidad del Foyer de Charité de Tomé, relató que enviaron una carta a Roma, a través del Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, para solicitar la Indulgencia Plenaria y que cuando pensaban que “ya no llegaba”, les avisaron desde el Arzobispado que había un “tubito” procedente del Vaticano para ellos. “Lo abrimos y ahí estaba la Indulgencia que tanto habíamos esperado”, señaló con emoción. 

Agregó que fue una alegría recibir este regalo, pues “que las personas puedan venir a ganar su Indulgencia Plenaria por ellos o por alguno de sus difuntos es algo lindo que podemos ofrecer en nuestra capilla”. 

Además, explicó que como el Foyer está de aniversario el 13 de octubre, “el 13 de cada mes viene un sacerdote, celebra la misa y hay posibilidad de confesión”. En ese contexto añadió que “la capilla estará abierta, pueden venir cuando quieran, especialmente cuando es horario de misa. La misa aquí, todos los domingos, es a las diez de la mañana”.

Marta Robin

Los Foyers de Charité nacieron en 1936 en Francia gracias a Marta Robin, una joven campesina que el Señor escogió para que iniciara esta obra. “No es una idea de ella ni del Padre Jorge Finet, que es el fundador, sino que fue el mismo Jesús, quien se lo pidió a Marta” y le dijo que es “la casa de mi corazón abierto a todos”, explicó Gladys Gajardo. 

La vida de Marta estuvo marcada por la enfermedad, siendo aún adolescente sufrió una encefalitis que fue avanzando y dejándola paralizada de forma progresiva. Primero fueron sus piernas, luego sus vías digestivas y finalmente la enfermedad alcanzó sus nervios oculares, lo que la obligó a vivir en penumbra. 

Continúa leyendo esta nota en la página 13 de Revista Nuestra Iglesia. Puedes ingresar en este enlace

 

© Arzobispado de Concepción