Hasta la Puntilla de lo Galindo llegaron devotos para santificar la Fiesta de la Divina Misericordia

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Publicado el: 28 abril, 2014

“La Iglesia no hace misión, la Iglesia es misión” fue la frase que con energía decía a sus fieles el sacerdote Juan Carlos Marín durante la Eucaristía que realizó durante la Festividad de la Divina Misericordia, instaurada hace casi dos décadas por el recientemente canonizado Papa Juan Pablo II y que congregó a centenares de personas a este sector de Barrio Norte.

Poco antes de la Misa, se realizó la denominada “Hora Santa” que constó en un momento de oración. Además, los fieles presentaron sus intenciones y tuvieron la oportunidad de confesarse. Marcela Copelli, señaló: “Soy devota de la Divina Misericordia, su rosario lo rezo todos los días, llegué a esta celebración a través de una persona que trabaja en una parroquia, encontré la cercanía con Cristo de todas maneras.

Durante la liturgia, el presbítero dijo que “debemos pasar de una pastoral de conservación a una pastoral de misión, si nos quedamos en este recinto estamos mal, debemos salir a anunciar el Evangelio, como dice el Papa Francisco, no queremos caras de Cuaresma, queremos caras de Pascua”.

Y agregó: ¿De qué nos sirve hacer un santuario si no tenemos el corazón de Cristo restaurado? Misericordia viene de dos palabras, “Miseria y Corazón”. Debemos practicarla con nuestros cercanos, con nuestra familia. No sólo con la gente de afuera.

Durante la festividad, además de recordar la canonización del Papa Viajero, y de quien convocara el Concilio Vaticano Segundo, Juan XXIII, algunos fieles recordaron al fallecido sacerdote Ángel Palomera, que en vida fuera uno de los impulsores locales de esta festividad. “Yo estoy aquí de cuerpo, alma y espíritu pues la Divina Misericordia me mueve, a esta celebridad asisto desde 1996” señalo una emocionada Basilia Palma, proveniente de Coelemu y quien participó durante todo el día dentro  del equipo de servicio.

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