Iglesia de Concepción acoge con alegría y esperanza un nuevo sacerdote y dos diáconos

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Publicado el: 7 diciembre, 2013

Signos de mucha alegría vive la Iglesia de Concepción al ser ordenados un nuevo presbítero, un diácono permanente y un diácono en tránsito al sacerdocio.

La ordenación se realizó la noche del viernes 6 de diciembre, en medio de una catedral llena de fieles contentos que varias veces irrumpieron en aplausos para agradecer al Señor y acoger con sencillez a los nuevos ordenados, Pedro Osses Gutiérrez, sacerdote (proveniente de la parroquia Santa Filomena de Cabrero); Ricardo Andrés Quezada Betanzo, diácono en tránsito (de la parroquia La Purísima de Lirquén) y Jorge Rojas, diácono permanente (parroquia Nuestra Señora de Lourdes, Concepción).

La celebración fue presidida por monseñor Fernando Chomali y la presencia de la mayor parte del clero de la Arquidiócesis. En su homilía, Monseñor saludó a los ordenandos, diciendo que “con distintas experiencias de vida e historia se unen para decir “Sí, Señor. Aquí estoy para hacer tu voluntad”.

Agregó que “ustedes son hombres llamados, por amor y misericordia, a ser ministros del Señor. Hoy es un gran día que nos regala el Señor, al convocar a tantos hombres y mujeres, de lugares distintos, a presenciar cómo estos hombres, después de una esmerada preparación serán ordenados. Este hecho nos lleva a reconocer la presencia de Dios”.

“Esto nos lleva a dar gracias  a sus familias, a sus parroquias, a la comunidad y a la vida parroquial que los cautivó. Gracias al Seminario y a la Escuela del Diaconado. Confíen en Dios que los acompañará en esta aventura que emprenden y piensen que nada les faltará, porque Dios es nuestroPastor”, subrayó.

Manifestó que estas ordenaciones se realizan en un contexto de la historia y de la cultura, en un tiempo marcado por cambios profundos, “donde el trigo y la cizaña crecen juntos; un tiempo lleno de angustias, pero también de esperanza; una época marcada por la pobreza de tantos y un cierto pesimismo. En este contexto, están llamados a  hacer lo más importante: evangelizar,  misionar y  hablar de Dios.Este anuncio debe estar marcado por la convicción y por alegría como lo recuerda el Papa Francisco; debe estar marcado por una  gran creatividad pastoral y un gran espíritu misionero;  marcado por un gran celo apostólico y un gran fervor”.

Resaltó que Dios regala estas ordenaciones en el contexto del Mes de María, “quien les recordará  al ministerio al que han sido llamadospara hablar de Dios, ministerio que brota de Dios. Ustedes son don de Dios. Es un ministerio eminentemente religioso y espiritual, por ello, no olviden jamás como lo recuerda la Virgen “hagan siempre lo que Él les diga”. Y les recordó, finalmente a que su consagración alcanzará la madurez y la belleza, en la medida en que tengan presentes a los más necesitados. “Los invito a vivir el ministerio con intensidad espiritual, con alegría, como si fuera el primer día, dando la vida, saliendo a la calle para acoger con ternura a la oveja perdida”.

El nuevo presbítero, Pedro Osses, emocionado profundamente por el momento vivido, en medio de su familia, sus formadores y sus comunidades, expresó que “es un instante de una alegría inmensa, logrado después de años de formación y servir a la Iglesia de Concepción y a la comunidad de Tomé”. Agradeció a todas las comunidades que lo han acompañado en su servicio previo al presbiterado (Santa Cecilia, La Asunción, capilla san José Obrero  de Chiguayante, al Seminario y a toda la Iglesia que reza por las vocaciones; y a toda la familia).

El diácono permanente, Jorge Rojas, acompañado por su esposa, hijos y nietos, no ocultó la emoción. “Es una gran alegría por este llamado de servicio al Señor. Él ha querido mostrarme su palabra, para poder llevarla a los demás hermanos y poder expandir el reino del Señor. Me queda acogerme a la bondad del Señor, que Él me guíe y me ayude en este ministerio que me entrega. Mi familia ha sido muy importante en este camino, agradezco a mi señora y a mis hijos”, señaló.

El diácono transitorio, Ricardo Quezada, manifestó el primer sentimiento “es la alegría y el agradecimiento hacia Dio; Él nos llama y nos convoca; Él dio los primeros pasos y uno simplemente los sigue y Él se nos ha mostrado en la historia de cada uno y nos muestra el camino. Este es un paso a que me llama el Señor y queda otro paso más grande, al ministerio presbiteral”. 

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