Iglesia de Concepción llama a fortalecer la familia

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Publicado el: 4 octubre, 2015

Un llamado a defender la vida y la familia, hizo Monseñor Fernando Chomali, quien presidió la Eucaristía de inicio del Mes de la Familia, en la catedral de Concepción.

“En la vida no hay que defender la familia porque lo dice la Iglesia; la Iglesia promueve la familia, porque es un bien extraordinario en sí mismo; porque ahí está el corazón del ser humano”, afirmó en parte de su homilía, mensaje que fue acogido por numerosas familias y matrimonios que acudieron a la Misa.

Monseñor agregó que “las cosas no responden a nuestra hambre de ser, de amar y ser amados. El hombre, la mujer, se comprenden así mismo amando y siendo amados y por eso que la Iglesia, que es depositaria de esta verdad revelada en Jesucristo,  invita a fortalecer la familia, a ayudar a aquellas familias con dificultades y, sobre todo, invitar a los jóvenes a que formen familia, a que  sean generosos con sus hijos”.

Reflexionó respecto a “estoy consciente que son muchas las familias que atraviesan por dificultades, pero eso no nos debe amilanar a seguir fortaleciéndola, protegiéndola y a promoverla, porque la familia es el santuario de la vida; la familia es el lugar donde nos amamos entre todos, la familia es el lugar donde vivimos los momentos más importantes”.

Dijo, además, que el don de la familia y el matrimonio es una tarea. “Es decir, quienes viven la experiencia del matrimonio,  quienes vivimos la experiencia del sacerdocio, lo tenemos que renovar todos los días. Como dice Santo Tomás es un gran bien, pero es un bien arduo, es decir, hay que convertirlo en tarea diaria y la única manera de lograrlo es siempre considerando al otro  como un gran misterio, que siempre tenemos que conocer”, enfatizó.

Monseñor manifestó que “el matrimonio será siempre joven en la medida en que reconozcamos al otro como un gran don, reconocer y estar siempre abierto a algo nuevo que nos puede ofrecer.”.

Finalmente, subrayó en cuanto a que muchos matrimonios se deshacen y otros  terminan porque se han olvidado de Dios. ”El hombre cuando se olvida de Dios termina destruyéndose a sí mismo y,  por eso, es muy importante la vida de oración al interior del matrimonio, en el pololeo y en la familia, para que el hombre y la mujer puedan vivir en conformidad al deseo de Dios”, concluyó.

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