La licenciatura finalizó con el signo en el cual los egresados traspasaron su luz a las nuevas generaciones de alumnos y alumnas, representadas en los más pequeños.
Instituto San José de Cañete despidió de sus aulas a jóvenes de cuarto medio
Con una Eucaristía presidida por el Vicario para la Educación y presidente de las Fundaciones Educacionales del Arzobispado, presbítero Francisco Osorio, y posterior ceremonia de licenciatura en el gimnasio del establecimiento, el Instituto San José de Cañete despidió a los alumnos y alumnas que egresaron de cuarto año medio.
En la Eucaristía compartida íntimamente junto a los familiares más cercanos, el Vicario señaló a los jóvenes que “tienen que ser luz del mundo, pero para que iluminen primero tienen que estar iluminados ustedes, con el rostro y la enseñanza de Jesucristo”. “Un desafío permanente para cada uno es tratar de vivir al estilo del Señor, que la palabra Cristo sea realidad en las acciones concretas de cada día. Un hombre sensato construye la casa sobre roca firme, y nada la derrumba, en cambio una persona insensata va a construir sobre arena, y viene el viento, la lluvia y se la lleva. Entonces debemos preguntarnos cuáles son los valores y principios sobre los cuales forjamos nuestra vida, que no siempre va a ser fácil, queridos jóvenes. Muchas veces se encontrarán con situaciones difíciles, pero si está construida sobre los valores de la persona de Jesucristo no se derrumbará”.
Al concluir la Santa Misa, los estudiantes recibieron la bendición y el signo de la cruz, el último de su itinerario pastoral que les acompañará en el camino que comienzan fuera de Instituto.
Durante la tarde del viernes 5 de diciembre se efectuó la ceremonia de licenciatura, en la cual la rectora, Vilma Vera, recordó las palabras de San Alberto Hurtado: “Para formar, amar. Quien no ama que no pretenda formar”, indicó. Luego, motivó a los egresados a quienes pidió siempre “mejorar y avanzar, sin perder la hermosa humanidad que cada uno tiene. La vida es hermosa si le encontramos sentido y descubrimos nuestra vocación. Las palabras del Papa Francisco nos alientan a dejar el individualismo, reconocer al otro y buscar nuestra propia vida”.
Como en todos los colegios de las Fundaciones Educacionales del Arzobispado, también se reconoció el esfuerzo de alumnos y alumnas que se destacaron en distintas áreas. Acto seguido, intervino la profesora jefe Andrea Zúñiga Toloza, quien entregó un último mensaje a sus estudiantes. “Cada uno de ustedes, con sus talentos y capacidades, puede logar grandes cosas. Confíen en lo que son capaces de hacer y muéstrenle al mundo su enorme calidad humana. A los padres, agradezco por el cariño y confianza depositada para educar a sus hijos, siéntanse orgullosos de lo que han sembrado”.
La distinción al alumno integral recayó en el alumno Gustavo Escobar Santibáñez, quien señaló que “éste es el comienzo de una nueva etapa, este colegio me ha entregado todas las herramientas para forjar mi identidad, ser una persona integral dispuesta a ayudar a mis compañeros y a quien lo necesite. Como fui alumno por 14 años, siento que en el mundo que voy a enfrentar debo ser el reflejo de lo que me han enseñado y de todos los valores que tiene este Instituto”.
La licenciatura finalizó con el signo en el cual los egresados traspasaron su luz a las nuevas generaciones de alumnos y alumnas, representadas en los más pequeños.
Larry Henríquez Bravo – Periodista
Vicaría para la Educación y Fundaciones Educacionales