Jóvenes con Síndrome de Down dieron emotivo testimonio en bendición de tijerales de futura lavandería en Concepción

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Publicado el: 25 abril, 2014

“Este es un proyecto de amor” fue el signo evidente, en el acto de bendición de los tijerales del inmueble donde se levanta la primera lavandería de inclusión e integración laboral para jóvenes con síndrome de Down, en Chile.

La ceremonia se efectuó este jueves 24 de abril, en lo que era un antiguo y derruido galpón, que ahora se convertirá en un flamante espacio laboral para 10 jóvenes con síndrome de Down de Concepción. Se ubica en avenida Manuel Rodríguez y Tucapel y abrirá sus puertas en junio próximo.

El proyecto es iniciativa del arzobispo, monseñor Fernando Chomali, quien conocedor de la realidad de muchos jóvenes discriminados, asumió el desafío que avanza en franca concreción, gracias al apoyo de empresas y generosidad de algunas personas. Según datos del Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS), en Chile hay un 29% de personas con discapacidad en edad productiva y más del 90%  de personas con discapacidad están desempleadas.

Maite Otondo, jefa de la carrera de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, quien cumple un rol clave en la organización del grupo de jóvenes y sus familias, junto con agradecer el impulso del Arzobispo, sostuvo que “llevar adelante este proyecto ha sido una tarea muy bien pensada y hemos tratado de hacerlo de la manera más sería posible y hemos querido ir gradualmente. Esta es sólo una muestra que se pueden hacer grandes cosas. Ojalá sean muchas más en el futuro, que muestren que la inserción y la inclusión laboral son posible”.

En la ceremonia con mucha emoción dio a conocer su testimonio, Mónica Rodríguez, madre de dos jóvenes con síndrome de Down, María José y Rodrigo Sánchez. “Me siento afortunada de lo que Dios me ha dado. Ellos son ángeles y me emociona, porque con ellos me cambió la vida para bien. Son hijos de pureza, son blanquitos, no hay malos pensamientos en ellos”, expresó, agregando que hay mucha discriminación, porque lo vivió en carne propia con sus hijos, de  ahí su alegría y reconocimiento. “Este proyecto es maravilloso, porque es integración concreta”.

En esta ocasión, sorprendió con su testimonio, el joven Miguel Gajardo, uno de los futuros trabajadores de la lavandería. “Estoy muy contento. Mi sueño es poder trabajar. Voy a trabajar y cumplir bien todas mis tareas, con la cara llena de risa y todas mis fuerzas”, expresó.

El director de DUOC UC, Jorge Fuentealba, también dio su testimonio. “Tengo un hermano  y entiendo este tema. No hay espacio dónde puedan desarrollarse, por lo tanto, encuentro fantástico este proyecto y estamos dispuestos a colaborar. Este proyecto más que una empresa, representa mucho cariño y amor. Las empresas que están aportando a esta iniciativa expresan cariño con estos jóvenes” he hizo un llamado a sumarse a esta acción.

Mauro Tamayo, director nacional de SENADIS, presente en la ceremonia, valoró la iniciativa y lo definió como “un proyecto muy generoso” y agregó que la inclusión es tarea de todos. “Nadie puede sentirse al margen, por eso, mi reconocimiento especial a monseñor Chomali”.

El intendente regional, Rodrigo Díaz Woerner, manifestó que concluir su jornada laboral con el testimonio de los jóvenes con síndrome de Down es “terminar el día de manera extraordinario”. Recalcó que el trabajo dignifica al hombre y es muy importante el buen trato e igualdad de oportunidades. “Este es un ejemplo de respeto y dignidad por el otro. Este proyecto dignifica la vida de estos jóvenes”, subrayó.

Cerró el acto de bendición de los tijerales de Lavandería Industrial 21, monseñor Fernando Chomali, quien comentó  que “ha sido un trabajo arduo y perseverante” e hizo ver que “el trabajo es la clave de la cuestión social y la clave para terminar con la pobreza y  las injustas discriminaciones. Creo que la voluntad de Dios se manifiesta de manera patente en el trabajo. Aquí hemos plantado trabajo y mucho esfuerzo. Esta lavandería responde algran anhelo de las personas que nos han ayudado a hacer algo por los demás, con aquellos que por distintas circunstancias de la vida necesitan de otros. Este es un desafío que lo hemos tomado muy en serio. Es un mandato evangélico”, concluyó, precisando que para el éxito de esta iniciativa se requerirá lavar 600 kilos de ropa diario como mínimo.

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