Descubrir el horizonte de la Pastoral Juvenil, que cada joven tiene en Jesús vida abundante, fue el objetivo de la tercera sesión del Primer Congreso Nacional, cuyos expositores fueron Monseñor Pedro Ossandón Buljevic, Obispo Auxiliar de Santiago y Marcelo Neira, Encargado de Investigación del Área de Desarrollo Pastoral de la Vicaría de la Esperanza Joven.
Monseñor Ossandón destacó tres aspectos fundamentales en la experiencia de fe y cristiana de los jóvenes. En primer lugar, que “están invitados a darse cuenta que Dios viene a su encuentro, lo que significa espiritualidad, vida de oración, vida interior, profundizar las grandes preguntas de la vida que son quién es el hombre y quién es Dios, cuál es mi lugar en el mundo, y todo eso hacerlo en ese diálogo con Jesús”.
En segundo lugar, “la comunidad donde se realiza la experiencia de encuentro con Cristo, algo que también responde a un anhelo de todo hombre, de hacer fraternidad, de construir confianza, construir juntos un proyecto familiar, laboral y de país, lo que se vive en la Iglesia con todas las riquezas que el Señor nos regaló: los sacramentos, la Palabra, la vida de oración, los sacerdotes”. Finalmente, “la antropología cristiana enseña que hemos sido creados para el servicio, porque hemos sido creados por el amor. Por lo tanto, todo lo que nos lleva a encontrarnos con Dios que es el otro, y a través de Dios con el Señor, con los hermanos, nos hace descubrir nuestra vocación en el mundo, y qué tipo de vida queremos tener y qué sociedad debemos construir”.
Por su parte, Marcelo Neira explicó que era importante hacerse cargo del lema, “Para que los jóvenes tengan en Jesús vida abundante”, ya que en muchas ocasiones estas frases sólo son decorativas. “Nos percatamos que implicaba un cambio de mentalidad, para volvernos al Evangelio, a Jesús, al amor primero; porque Jesús se define por la abundancia, y el ser humano hoy, la cultura, parece ser que se define por la carencia. Entonces, inmediatamente se configura una dualidad, una tensión, y junto a Monseñor Ossandón tratamos de hacer evidente esa tensión para indicar cuál es el camino de esta perspectiva espiritual de la abundancia que promete el Señor.
El texto bíblico que nos dice que la cosecha es abundante, y ese “es” constituye una certeza y es al mismo tiempo un desafío. Uno va por la vida sintiendo que las cosas faltan, y en realidad no nos falta nada, porque teniendo a Dios con Nosotros lo tenemos todo, y es mucho más grande que aquello que pensamos que nos falta y que muchas veces creemos que es lo que nos define”.
Con la alegría de saber que cada uno se define en la certeza de que tiene en Jesús vida abundante, los jóvenes salieron a la misión puerta a puerta en las distintas parroquias que son subsedes del Congreso.