Con esperanza y alegría se celebró la Eucaristía por el Domingo Universal de las Misiones, que fue presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, la mañana de este 23 de octubre en el templo Catedral.
En su homilía, Monseñor Bernardo afirmó que la identidad propia de la Iglesia, querida por el Señor, es evangelizar, por lo que “todo lo que nosotros podemos pensar, querer, organizar, animar, todo debiera estar siempre orientado hacia la evangelización”. No obstante, reconoció que “lamentablemente, en los contextos en que nos toca vivir, por múltiples realidades tanto externas, pero también internas de la Iglesia, nos enredamos permanentemente y perdemos de vista este fin querido por el Señor para nosotros”. Por este motivo, llamó a pedir “un nuevo Pentecostés para la vida de la Iglesia, es decir, pedir al Señor, como Pueblo de Dios, la unción del Espíritu Santo”.
“Queremos en este día, recordando el Domingo Universal de las Misiones, pedir la gracia de ser ungidos por el Espíritu Santo, con su fuerza. Queremos ser una vez más ungidos y, a su vez, envíados por Jesucristo, el Señor. Sabemos bien que siempre es Él el primer enviado, como dice el Papa Francisco, es Él el que nos invita a primerear, pero por sobre todo porque es Él quien va primero que nosotros. El misionero de siempre es nuestro Señor Jesucristo, nuestro Hermano Mayor, el misionero de Dios, nuestro Padre”, agregó.
Además, Monseñor Bernardo fue enfático en recordar que la misión se realiza en comunión y en comunidad, que el Señor siempre llama de dos en dos, por lo que “podríamos decir que la misión de la Iglesia nunca es individual o personalista, tanto a nivel propio, pero también a veces de comunidad, somos siempre comunidad de comunidades, movimiento de movimientos, todos inmersos en el marco de lo que es la Iglesia, la Iglesia llamada por el Señor para ir a la misión, siempre en comunidad y siempre de dos en dos”.
También sostuvo que los cristianos hemos sido llamados por Jesús para ser sus testigos hoy. En ese sentido, aseveró que “este Domingo Universal de las Misiones nos debe ayudar a tomar conciencia de que la misión es hoy, que la misión es ahora”.
Y, haciendo alusión al Evangelio del día, Lucas 18, 9-14, señaló que “no podemos ser verdaderamente misioneros si no suplicamos junto con el publicano: Señor, ten misericordia de nosotros (…) Realmente necesitamos una profunda conversión de nuestras vidas, para que resplandezca con mayor intensidad el fuego misionero del Espíritu Santo”.
En el momento del ofertorio, fue presentado un jarro de agua como símbolo de nuestro compromiso bautismal, también cinco cirios encendidos que representaban a los cinco continentes, una mochila y sandalias para recordar que estamos llamados a evangelizar, y finalmente el pan y el vino.
La Coordinadora del Departamento de Misiones, Hermana Rosa Agudelo, expresó su alegría porque “universalmente nos sentimos todos unidos a través de la oración, a través de la Eucaristía” y sostuvo que “estoy muy contenta en realidad, porque vivo esa misión en mi corazón, entonces es a Jesús a quien llevamos”.
“Nos vamos concientizando de que somos misioneros y por tanto esa misión nos va llevando también a encontrarnos con Jesús. Y de hecho nosotros somos una misión en la Tierra, eso lo dice mucho el Papa Francisco, somos una misión en la Tierra, entonces esa misión tiene que ser prolongada desde la familia hacia afuera y primero yo como persona”, agregó.
Además, comentó que “en la niñez se va cultivando ese sentido misionero” y destacó el trabajo que se realiza en la “Pastoral de la Infancia Misionera, porque es de ahí de donde van a salir sacerdotes, religiosos y laicos muy comprometidos con la Iglesia y buenos cristianos para vivir en la sociedad”.
Octubre es el Mes de la Familia, pero también es el Mes de las Misiones. Emilia Sanhueza, quien forma parte de las Misiones en Familia del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, valoró haber podido participar en esta Eucaristía: “Somos un grupo misionero, donde van los dos papás con sus hijos, y ha sido muy bonito participar en esta Misa, estuvo muy linda la homilía y ser parte de la Iglesia es algo muy hermoso”.
Monseñor Bernardo señaló que el Papa Francisco, “tanto en el lema como en el tema que nos invita a reflexionar en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, nos invita a renovar el celo por la misión y ser sus testigos con la unción y el fuego del Espíritu Santo en el mundo que hoy nos toca vivir”. Puedes leer el mensaje del Papa en este enlace.