Monseñor Chomali envía un mensaje para este Mes de María

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Publicado el: 7 noviembre, 2013

El 8 de noviembre se inicia el mes de María en nuestro país. He escrito esta breve reflexión para animar a todos los agentes pastorales de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción. Lo hago con un espíritu agradecido por el esfuerzo inmenso que han realizado durante este año para llevar adelante la tarea de evangelización a la cual el mismo Dios nos ha llamado en esta maravillosa Arquidiócesis.

Quisiera que con estas breves líneas nos animemos con nuevo ardor a vivir este tiempo mariano en un espíritu de oración intenso y de mutua fraternidad. Es un tiempo precioso que Dios nos regala para volver la mirada a la Madre de Dios que nos invita a hacer lo que su Hijo, Jesús, nos diga en el hoy de la historia.

Este mes de María es del todo especial. Nos sorprende en plena actividad sinodal y finalizando el año de la Fe al que nos convocara Benedicto XVI. Los invito a renovar el amor a María en este mes bendito para pedir por la Iglesia, de modo especial por el Papa Francisco, por nuestra querida Arquidiócesis y cada uno de sus habitantes creyentes y no creyentes, así como creyentes de diversas religiones.

Con gran espíritu de fe, la figura de María nos lleva a mirar nuestra propia vida cristiana. Desde nuestra condición de pecadores, pero redimidos por la misma Sangre de Cristo, hemos de mirar con sencillez y humildad nuestra vida de fe en el ámbito personal, familiar, eclesial y social. En primer lugar, para dar gracias a Dios por todo cuanto de bueno Dios ha hecho en nuestras vidas y, en segundo lugar, para pedirle al Señor que purifique aquello que nos impide amar son sinceridad de corazón y así entregarnos más a Dios y a los demás.

Meditar los misterios marianos puede ayudarnos en este proceso de conversión al que el Señor nos invita día a día, y que terminará el último día de nuestra existencia.

Este tiempo es bendito, porque en medio del cansancio propio de fin de año, mirar a María se puede convertir en una gran oportunidad para, a ejemplo suyo,promover en nosotros una vida sencilla, humilde, de absoluta disponibilidad al querer de Dios en el hoy de la historia que Él nos ha regalado. Es un tiempo en el que nos invita a renunciar a todo intento de querer hacer nuestra propia voluntad y entrar en la vida eclesial que Él nos va mostrando a través de los acontecimientos que el mismo va suscitando a través de la presencia de Espíritu Santo que nos anima y no nos abandona.

María, es maestra a la hora de procurar servir a los demás. Su atención para con los invitados a las bodas de Caná, su delicada presencia en la casa de su prima Isabel, su discreta presencia junto a los Apóstoles y su mirada de dolor al ver a su Hijo en la Cruz, nos debe mover a imitarla y a ver en ella un modelo privilegiado de vida cristiana en pleno siglo XXI que está asociada completamente al servicio de los demás, especialmente a los que más lo necesitan.

En este tiempo de elecciones y en una ambiente marcado por grandes dolores en variados estamentos de la sociedad, tomarse de la mano de María, sin duda que nos ayudará a ser forjadores de paz, de alegría, y de ambientes fraternos y de caridad.

Les deseo a todos y cada uno de ustedes la paz de Dios e imploro al Dios altísimo que nos bendiga abundantemente.

 

+Fernando Chomali G.

Arzobispo de la Santísima Concepción

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