No sólo el autor, sino los organizadores quedaron sorprendidos del numeroso público que asistió a la ceremonia de presentación del libro «La política sin intelectuales: de la deserción al reencuentro», del abogado y académico, Sergio Micco Aguayo.
La sala de Exposiciones del Arzobispado de Concepción, se hizo realmente estrecha y muchas personas no pudieron ingresar. En esta oportunidad, comentaron el texto la profesora Felicitas Valenzuela; la alumna de Medicina, Romina Olmos y el gerente de Radio Bío Bío, Mauro Mosciatti.
La actividad se enmarcó en el "Programa de Formación Política de Líderes Juveniles" de la Iglesia en Concepción y se contó con el apoyo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Jornadas de Formación de Líderes Juveniles – Católicos para el mundo de hoy, Centro de Humanismo Integral Jacques Maritain de Concepción y Centro de Estudios para el Desarrollo.
En este contexto, Sergio Micco señaló que frente a los problemas que se ha presentado, en el país, en los últimos años, “los jóvenes son la esperanza, la espera activa del futuro”. Por tal motivo los llamó a comprometerse. Comentó que sin embargo, la participación en política “es terrible”, porque de cada 100 jóvenes, uno milita en un partido político y de cada 100 jóvenes 50 participa en algo y el resto no lo hace.
Indicó, además, que en el ámbito de los adultos, la situación actual es peor. Un 55% de los adultos no habla de política, hay un 14 % de profesionales y no les interesa ni se involucra en política. “Veo que estamos hartados de las críticas y estamos haciendo crítica desde las graderías y es el momento de bajar a la cancha. Lo que les quiero decir es que la democracia y la república están perdiendo el partido”, enfatizó.
Amo la contemplación, el trabajo teórico y la tranquilidad para hacer buenas clases, pero si nuestros académicos, nuestros profesionales no salen de ahí, estamos en problemas.
Confidenció que su libro es una expresión de su pasión por la política. Recordó que hace 14 años, un puñado de jóvenes y viejos nos trasladamos a Talcahuano y Hualpén y repartimos diez mil libros para jóvenes y adultos que no eran intelectuales, pero los llamamos a participar en política. Ese libro pudo llamarse “La política sin ciudadanos”. Este libro apunta a este otro público que son los profesionales, los clérigos, las personas que se consagran al servicio de ideas que faltan en la política”, comentó.
Felicitas Valenzuela, ex académica de la Universidad de Concepción, manifestó que “siempre ha habido muy buenos políticos, no pienso que la política es mala. Es una actividad absolutamente necesaria en una sociedad que quiere desarrollarse del punto de vista humano. Justamente, desde la “poli” griega, uno ve la importancia que le dan los griegos a la vida en común. Muchas veces se ha privilegiado en algunos sectores, demasiado individualismo, dejando de lado que somos seres humanos que vivimos en relación con el otro ser humano. Nadie mira al del lado, es muy importante considerar las opiniones de los otros. Eso implica diálogo”.
Añadió que “hoy, esa cierta desazón que hay en la política, surge en parte porque, sin mucha reflexión, metemos a las personas en el mismo saco y no nos damos cuenta de las diferencias. Y, sí, hay gente que actúa no tan correctamente como uno quisiera, pero no significa el desprestigio de la actividad política, que significa bien común, bien para todos, una sociedad que apunta a un desarrollo humano, no sólo desarrollo económico, sino humano”.
Mauro Mosciatti hizo hincapié que Sergio Micco es un apasionado de la política desde el colegio, en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción y luego a nivel nacional. “Creo que en un momento descubrió que esto necesitaba contenido, más profundidad, darle sentido a la política y, más que perseguir votos persiguió las ideas. En una buena política, lo importante es perseguir las ideas y desde las ideas, deberían salir los votos, es decir, los votos deberían ser una consecuencia de las ideas y no un fin en la política”, afirmó, añadiendo que “este libro presenta que la pasión política tiende a interesarse por la vida y por la sociedad junto a la idea, no sólo obliga a pensar, sino a actuar; que la pasión política de las ideas sin la acción es inútil. Este libro invita a actuar, pero en base a la filosofía y en base a las ideas. Lo demás puede ser ruido y humo o pan y circo”.