El Santo Padre, a través de una carta enviada a todas las nunciaturas, invita a todos los fieles de la Iglesia a participar espiritualmente una oración por la paz mundial.
Ésta es la carta:
Como Vuestra Eminencia conoce, el pasado domingo 25 de mayo el Papa Francisco, durante su peregrinaje a Tierra Santa, ha invitado a los Presidentes Simón Peres y Mahmoud Abbas a elevar junto a él una intensa súplica para pedir a Dios el don de la paz, y ha ofrecido su casa para realizar un encuentro de oración.
Este momento se realizará, Dios mediante, en la tarde del próximo domingo 8 de junio, Solemnidad de Pentecostés. y al mismo participará también Su Santidad Bartolomé, patriarca de Constantinopla, con el cual el Papa ha tenido el gozo de compartir el peregrina-le a Jerusalén.
El Santo Padre, con una carta autógrafa enviada a todos los Representantes Pontificios, manifiesta el deseo que al mencionado momento de oración participen juntamente todos los fieles, para que sea más intensa la oración dirigida a Dios y sea filialmente donada a Ia Tierra de Jesús aquella paz que los ángeles anunciaron en su nacimiento.
Para hacer posible este deseo. el Papa Francisco me ha solicitado transmitir urgentemente a Vuestra Eminencia, en calidad de Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Ia petición de invitar a los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y todos los fieles a participar espiritualmente a esta invocación. Asimismo todos los hombres y mujeres de buena voluntad se podrán unir a este encuentro en lo íntimo del propio corazón. El Santo Padre afirma que de este modo la invocación por la paz, que se elevará junto a la Tumba de San Pedro, se extenderá a todos los confines de la tierra. El Papa Francisco confía que así se pueda cumplir la promesa del Señor: «si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo la concederá (Mt 1 8, l9)».
Al transmitirle el deseo y la petición del Santo Padre, aprovecho de la circunstancia para saludarle atentamente en el Señor.
+ Ivo Scaptlo
Nuncio Apostólico