Con la alegría de compartir la Palabra de Dios a quienes pasan por momentos de dolor, la Pastoral de la Salud del Hospital Traumatológico cumplió su primer aniversario.
El aniversario se celebró con una Eucaristía presidida por el sacerdote agustino Yuliano Viveros, asesor espiritual de esta pastoral. La Santa Misa se realizó en dicho recinto hospitalario, en una de las salas de espera que fue dispuesta especialmente para la ocasión
Son nueve las agentes pastorales que prestan servicio a los enfermos, a las que se suma la religiosa de la congregación Salesas Misioneras de María Inmaculada, hermana Jéssica Flores.
Según comentó Delia Roa, coordinadora de las voluntarias, “el acompañamiento espiritual se realiza los días martes y jueves entre las 15:00 y las 18:00 horas aproximadamente. Primero nos presentamos, según el estado del paciente ya que muchas veces están durmiendo o recién han salido de una cirugía. Luego hacemos oración, conversamos con ellos, y después una parte de las voluntarias se va a la capilla a orar por los enfermos. El acompañamiento generalmente es bien recibido ya que muchas personas son de lejos y algunas ni siquiera reciben visitas”.
Por su parte, el padre Yuliano Viveros destacó este primer aniversario. “Para nosotros es importante este día pues celebramos el primer año de servicio en este Hospital Traumatológico y lo hacemos recordando a Nuestra Señora de los Dolores, reflexionando acerca de los dolores que como madre padeció a propósito de los sufrimientos de su hijo, y los dolores que padece actualmente a causa de los desaciertos de muchos hijos que están descarriados o que simplemente han tomado otros rumbos que no son precisamente los propuestos por Jesús en el Evangelio. La invitación fue para que pudiéramos encomendarnos a la Santísima Virgen María reconociendo que ella está presente en el mundo del dolor, está presente en nuestra vida, y que nos acompaña de una manera muy particular”.
Durante la Eucaristía se hizo referencia a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores que está presente en el Hospital Traumatológico, la cual fue donada cuando existía el recinto antiguo. Su rostro de dolor a veces no es una expresión tan querida por la gente, expresó el sacerdote, “sin embargo, entienden que eso fue lo que padeció sobre todo en la crucifixión de Jesús. La invitación fue a que acudiéramos a ella y que pudiéramos sintonizar con ese dolor como madre, intercediendo por quienes hoy sufren a causa de las malas decisiones de sus hijos”.
Luego de la celebración, las voluntarias y algunos invitados compartieron un café con torta en el salón donde regularmente se reúne la pastoral de la salud.
Larry Henríquez Bravo – Periodista
Unidad de Comunicaciones
Vicaría de Pastoral Social
