Con la asistencia de la mayoría de los sacerdotes que trabajan en nuestra Arquidiócesis, Monseñor Fernando Chomali presidió la Eucaristía para celebrar el Día del Párroco, este jueves al medio día en Casa Betania.
En la oportunidad, los sacerdotes se reunieron para recordar la persona de san Juan María Vianney, más conocido como el Cura de Ars, sacerdote francés que murió un 4 de agosto del año 1859 y que fue declarado como patrono de los párrocos por el Papa Pío XI. Por este motivo en esta fecha se celebra a todos los consagrados que están a cargo de una Parroquia. Concelebraron Monseñor Pedro Ossandón y el Vicario Pastoral, padre Mauricio Aguayo. En la celebración eucarística los sacerdotes también estuvieron acompañados por los seminaristas, quienes apoyaron con los cantos la Misa.
Monseñor Chomali en su homilía señaló la importancia que tiene una parroquia en medio de nuestra sociedad, “qué lugar existe de absoluta gratuidad, donde están las puertas abiertas, donde puede llegar cualquiera y no se le pregunta qué es lo que hace, qué es lo que tiene; es la Iglesia y, en concreto, es la parroquia que es, según una hermosa definición de Benedicto XVI, el templo de Dios, la morada de Dios en medio de la ciudad, en medio del lugar donde pasan las cosas, donde se van armando las familias, donde se van viviendo las penas y esperanzas de las personas. Es un lugar importante de acogida, un lugar de misericordia donde las personas importan por lo que son”.
Nuestro Arzobispo precisó que como sacerdotes “lo que nunca tenemos que perder es la oportunidad de mirar lo que pasa en nuestra sociedad en su real dimensión. En estos días en nuestra Arquidiócesis han pasado cosas gravísimas. Hace un par de días un joven de 16 años asesinó a su mamá, yo creo que eso es un signo de una sociedad muy enferma. Anteayer un joven de 17 años asesinó a una mujer de 64 años que vivía sola en Bulnes, fue de un nivel de violencia impresionante. Uno ahí descubre la urgencia de la misericordia, descubre la urgencia de un lugar donde puedan entrar todos a depositar sus anhelos, sus esperanzas, yo estoy seguro que estos chiquillos no conocieron a Dios. Hoy vivimos en una sociedad que se ha olvidado de Dios”.
Poniendo énfasis en la necesidad de que los sacerdotes hablen de Dios señaló “estamos llamados a permanentemente evangelizar, anunciar el Evangelio, eso irremplazable y algo que la gente espera de nosotros. Y es tan claro eso que donde hay un párroco o una religiosa florece la vida pastoral, donde no lo hay la vida pastoral va en decadencia, porque esa es nuestra primera obligación, hablar de Dios, mostrar el verdadero rostro de Dios, mostrar el rostro misericordioso de Dios e impulsar a las personas a una vida nueva que se manifiesta en obras de caridad muy concretas”.
Monseñor Chomali recalcó que hoy Chile “es un país engañado, lo digo francamente, engañado por mucho tiempo, haciéndonos creer que el desarrollo del país tenía que ver sólo con el desarrollo económico, y eso no es cierto, el desarrollo del país debe ser un desarrollo integral que toma a todo el hombre en su dimensión corporal y espiritual y hemos visto claramente como cada vez más quieren desplazar la vida espiritual del hombre y los efectos que estamos viviendo son terroríficos”.
Finalmente el Arzobispo entregó, especialmente, a los párrocos, un saludo de gratitud y admiración por el trabajo que realizan.