Secretarias y secretarios parroquiales celebran su Día

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Publicado el: 4 octubre, 2012

Con la celebración de la Eucaristía comenzó el Día del Secretario y Secretaria Parroquial en esta jornada en que la Iglesia también recuerda a san Francisco de Asís.

El padre Mauricio Aguayo, Vicario Pastoral de nuestra Arquidiócesis fue el responsable de presidir la Misa esta mañana, a donde llegaron las secretarias y secretarios provenientes de diferentes puntos de la Iglesia de Concepción y que trabajan por el funcionamiento administrativo y pastoral de las parroquias. “Demos gracias a Dios porque nos permite dar este servicio en nuestra Iglesia, pidamos la intersección de san Francisco de Asís que sirvió desde la humildad”, señaló el Vicario durante la homilía.

Luego de celebrar la Eucaristía y agradecer a Dios por este desafío de servir a Jesucristo a través de las personas en las distintas comunidades, las secretarias y secretarios vivirán un día de esparcimiento en la ciudad de Quillón, en donde podrán compartir y descansar para así retomar fuerzas y continuar con sus tareas que, sobre todo, se amplía siempre los fines de semana a diferencia de la mayoría de los trabajadores.

San Francisco de Asís

Fundador de la orden franciscana. Hijo de un rico mercader llamado Pietro di Bernardone, Francisco de Asís era un joven mundano de cierto renombre en su ciudad.

En 1202 fue encarcelado por unos meses a causa de su participación en un altercado entre las ciudades de Asís y Perugia. Tras este lance, aquejado por una enfermedad e insatisfecho con el tipo de vida que llevaba, decidió entregarse al apostolado y servir a los pobres. En 1206 renunció públicamente a los bienes de su padre y vivió a partir de entonces como un ermitaño.

San Francisco de Asís predicó la pobreza como un valor y propuso un modo de vida sencillo basado en los ideales de los Evangelios. El papa Inocencio III aprobó su modelo de vida religiosa, le concedió permiso para predicar y lo ordenó diácono. Con el tiempo, el número de sus adeptos fue aumentando y Francisco comenzó a formar una orden religiosa, la de los franciscanos. Además, con la colaboración de santa Clara, fundó la rama femenina de su orden, que recibió el nombre de clarisas.

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