Computación básica, servicio al cliente y herramientas de comunicación fueron los cursos que tomaron durante un mes diez jóvenes de la Lavandería Industrial 21 en Duoc-UC este verano.
Durante la ceremonia, Monseñor Chomali, propulsor de la lavandería en la que trabajan jóvenes con síndrome de down, dijo que “si las personas llevan ropa a la lavandería porque saben que es la mejor lavandería, la que tiene los mejores equipos, los mejores trabajadores, esto va a prosperar mucho y vamos a tener más jóvenes trabajando con la responsabilidad que lo hacen”.
Monseñor también aprovechó la instancia para agradecer a instituciones como Duoc, diario El Sur, Diario Concepción, Radio Chilena, Radio Biobio, Clínica Universitaria, porque han colaborado desinteresadamente con esta empresa.
El Arzobispo, confesó que siempre le sube el ánimo ver a los jóvenes trabajando. “Yo siempre le digo a las personas que son más cercanas, que cuando la cosa se pone compleja, voy a la lavandería y se me pasan todos los males. Voy aunque sea cinco minutos a dar una vuelta, porque veo que están todos contentos, están trabajando, y no sé si será lo mismo cuando llego yo…”, sonrió y agregó que al menos de parte de él, cuando ve las maquinas funcionando, a los trabajadores cargando la camioneta, ve un ambiente de mucha alegría de mucha seguridad para los jóvenes, y que los padres están involucrados, “y eso también es parte del proyecto, que los padres vean a sus hijos felices”, comentó.
Giannina Marchant, impartió el curso de servicio al cliente y dijo que “fue una experiencia hermosa, enriquecedora tanto a nivel personal como profesional, son jóvenes que tienen mucho que entregar. La principio tenía un poco de miedo porque no soy educadora diferencial, pero la forma de trabajo que encontramos fue bastante acertada, y yo vi que ellos realmente aprendieron e internalizaron las cosas que les enseñamos. Para los docentes de Duoc fue un doble desafío porque nunca nos habíamos acercado a la educación diferencial. Fue harto trabajo, nos preparamos un montón y logramos que los niños aprendieran”, aseguró.
La Educadora Diferencial que trabaja en la Lavandería, Paula Abarzúa, comentó que los jóvenes “todos los días llegaban a contar su experiencia de computación, querían compartir lo que habían aprendido. Ahora, cada vez que llega un cliente, es atendido por ellos, para que apliquen lo que aprendieron en el curso”, señaló.
Maite Otondo, miembro del directorio de Lavandería Industrial 21 y la encargada del proceso educativo de los trabajadores dijo que “para nosotros es un desafío, la idea es que ellos se puedan capacitar siempre, ojalá todos los años, ojalá en una instancia tan maravillosa como la que se nos abrió hoy en Duoc. Los chicos se entregaron absolutamente al trabajo de la capacitación, los profesores los entendieron, les dieron estímulos, los motivaron y ellos estaban felices”. La académica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, agregó que “para nosotros tiene mucho significado y mucho sentido social, mucho sentido de comunidad y es un esfuerzo muy lindo”.
Miguel Gajardo Díaz (25) , es uno de los trabajadores de la lavandería, y aprendió “miles de cosas, yo aprendí a usar el computador, la pantalla, el teclado, la CPU, el mouse”, y dijo que le gusta trabajar en la lavandería 21 porque ahí él es feliz. Miguel cuenta que todos los días se levanta a las 06.40 am, hace su cama, hace sus cosas, se pone perfume y se va a trabajar para entrar al turno de 08:00 a 13:00 horas. Miguel confiesa que Paula, la educadora “a veces tiene las mañas”, porque a veces lo reta “y la jefa Carolina también, para que las cosas salgan bien, y cuando me dicen algo, yo les dijo “aaah”, porque soy un viejo mañoso”, y se rió.
Además de los trabajadores de la Lavandería Industrial 21, algunos padres también hicieron la capacitación junto a ellos. Malena Díaz, madre de Miguel, va casi todos los días a apoyar el trabajo de la Lavandería, porque dice que “en la medida que cumplan con los plazos, más pega les llega”. Malena, una de las madres que hizo el curso con los jóvenes. Cuenta que partió un poco reacia, pero que finalmente lo encontró muy bueno. Durante este tiempo, ha visto que los jóvenes ya saben atender a los clientes y que aprendieron mucho con la capacitación”.