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Realizan VII Congreso Juvenil de Parroquias en Curanilahue: “Alegres en la esperanza”

Publicado el: 4 Diciembre, 2023

Bajo el lema “Alegres en la Esperanza”, se realizó el Congreso Juvenil de Parroquias 2023, organizado por la Vicaría Pastoral de Juventud (VPJ) junto a la Vicaría de Arauco, que convocó a cerca de 50 jóvenes entre el 1 y el 3 de diciembre en Curanilahue. 

El objetivo de este encuentro, que se realizó en las dependencias del Colegio Ramiro Roa González, era trabajar en torno el punto 3 de las Orientaciones Pastorales 2023-2026 de la Conferencia Episcopal de Chile, titulado: “Al encuentro de la cultura, los pobres y los jóvenes”, para lo cual se buscó “fortalecer el compromiso cristiano, conocer otras realidades, comunidades y fraternidades” y también motivar a las comunidades juveniles a su misión evangelizadora. 

Fue así que durante el congreso, además de vivir momentos de oración, canto y dinámicas,  se habló a los jóvenes acerca de las Orientaciones Pastorales de la CECh y se les invitó a trabajar en equipo en torno a cuatro temas: contexto social, casa común, pobreza y tecnología. También realizaron actividades fuera del recinto educacional, como entregar un pequeño presente acompañado de una cita bíblica a las personas del centro de Curanilahue y limpiar la calle camino al balneario.

El Congreso finalizó con la celebración de la Santa Misa -en el primer domingo de Adviento-, que fue presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco, Monseñor Oscar García, quien en su homilía hizo alusión al lema del encuentro -“Alegres en la Esperanza”-, tomado de la Carta de San Pablo a los Romanos, señalando que fue escrito en un momento de dificultades y persecución. Y resaltó que estas palabras deberían resonar de forma especial en cada uno de nosotros, ya que hemos tenido un encuentro con Jesucristo, quien es la fuente de nuestra alegría y de nuestra esperanza, y razón de nuestra existencia y de nuestra fe. 

En ese contexto, afirmó que “estamos llamados a compartir y comunicar nuestra fe en medio de las vicisitudes que la vida nos depara, con todo lo que esto significa, pero mirar con esperanza”. 

Monseñor Oscar dijo que en este tiempo de Adviento, el color que destaca es el morado, que significa un llamado a la conversión, a preparar el camino: “La conversión significa cambiar de chip, cambiar de mentalidad, con la ayuda del Señor poder morir al hombre viejo (…) erradicando de nosotros todo aquello que nos aleja del Señor, de nosotros mismos y del prójimo. Todo pecado de pensamiento, palabra u obra, de alguna manera hiere el amor misericordioso de Dios y hiere también el amor que estamos llamados a manifestar y expresar con el prójimo. Y muchas veces a nosotros mismos”. 

En ese sentido, enfatizó que la importancia de agradecer por tener “este tiempo de camino de conversión, de preparación interior y exterior a la llegada del Salvador, porque merece ser recibido como tal, más que con las fiestas externas, con el verdadero pesebre que es nuestro corazón, donde Él quiere morar, donde Él quiere reinar -como celebrábamos el domingo pasado- y donde Él se quiere manifestar en medio de nuestras propias realidades, también con nuestras palabras, gestos y acciones”. 

Además, el Vicario Episcopal de Arauco señaló que si bien es un tiempo de conversión, no es un tiempo de luto, sino de alegría y recalcó que el Señor es la fuente de esa alegría, “que inunda, que transforma y que es capaz de contagiar a otros y de producir también en la vida de los demás un efecto de cambio y de encuentro profundo con la persona de nuestro Señor Jesucristo. E infundir también, desde la alegría, esperanza”. 

Monseñor Oscar invitó a los presentes a que en este comienzo del Adviento “podamos permitir al Señor que toque con su cariño, con su ternura, una vez más nuestro corazón. Y que podamos responderle como María Santísima: fiat, que se haga en mí tu voluntad. Y que se manifieste con lo que somos, con nuestras capacidades, talentos y dones”, en medio de nuestras familias y comunidades particulares. 

Asimismo, los animó a ser un signo de alegría y esperanza, y también a estar atentos y vigilantes para que el Señor se manifieste y para “no dejar que nos atrapen las cosas que no dan pleno sentido a nuestra vida. Esto es un desafío, porque todos los días estamos llamados a estar despiertos, velando y no dejarnos seducir por cosas mundanas que realmente no nos permiten vivir en libertad y con auténtica felicidad”. 

Finalmente, exhortó a los jóvenes a buscar al Señor y dejarse encontrar por Él, a través de la oración, de la meditación de la Palabra, de la vivencia de la Eucaristía, y tomados de la mano de la Virgen Santísima, para que así puedan ser luz, sal y levadura en medio de su realidad: “¡Los invito a atreverse, a no tener miedo, a tener la valentía y la capacidad de jugársela por Jesucristo, para ser apóstol y soldado en todo momento y circunstancia!”

Entre los participantes del VII Congreso Juvenil de Parroquias se encontraba Vicente, de la Parroquia San José de Arauco, quien comentó que fue “una experiencia muy linda, donde conocí a muchos jóvenes e hice amistades nuevas”.

“Me quedo con todo este aprendizaje espiritual grande y con las bellas actividades donde aprendí más de Jesús. Me voy contento y espero que muchos más jóvenes puedan participar de estas experiencias, porque conoces a mucha gente y lo pasas muy bien”, agregó. 

© Arzobispado de Concepción