En un ambiente de profunda alegría y fraternidad, se realizó la bendición de la Capilla San Francisco de Asís y San Sebastián Mártir, ubicada en el sector San Román de la localidad de Caramávida, perteneciente a la Parroquia San Juan María Vianney de Los Álamos.
La bendición de la capilla y el salón fue impartida, este domingo 3 de marzo, por el Administrador Diocesano de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, quien luego presidió la Santa Misa junto al Párroco de la comunidad, Padre César Pedreros.
En su homilía, Monseñor Bernardo explicó que el Evangelio de este domingo (San Juan 2,13-25) tiene relación con la bendición de esta capilla, ya que por medio de signos sacramentales se manifiesta “que este es un lugar que está llamado a ser sagrado”, estableciendo así una diferencia con otros lugares que podrían ser muy parecidos, pero que no están consagrados.
En ese contexto, señaló que “consagrar significa separar de lo humano, de lo cotidiano, para dedicar ese lugar al culto de Dios. O sea, de algún modo se requiere una cierta especificidad, un cierto cuidado, un cierto respeto para que este lugar sea el lugar adecuado para invocar a Dios, para presentar nuestras oraciones, para llevar adelante el culto divino como la celebración de la Eucaristía o también los demás sacramentos, para que la comunidad en sí misma se pueda congregar. Por eso nosotros bendecimos nuestros templos”.
Monseñor Bernardo aseveró que “no sólo es importante la construcción del lugar material, que siempre tiene que ser muy digno y bien dispuesto, sino que a su vez también tienen que estar ustedes, las piedras vivas del edificio que se construye en Cristo, que es la piedra angular. Nosotros podríamos tener hermosos templos -y bendito sea Dios si lo pudiéramos hacer-, pero por mucho que tengamos nuestros templos, si no están las piedras vivas tampoco tiene sentido pleno”. En ese sentido, advirtió que no tiene sentido contar con bonitas capillas si la comunidad no se reúne, si la comunidad no reza, si la comunidad no celebra los misterios sagrados o si la comunidad no es misionera.
Además, invitó a los presentes a revisar cómo está su corazón, “porque, así como hemos bendecido esta capilla, nosotros también estamos llamados a ser estos templos vivos, donde Dios Santísima Trinidad puede habitar en nuestro corazón” y llamó a estar atentos a “nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras motivaciones. O sea, qué es lo que está en el corazón”.
Al término de la Santa Misa, una representante de la Comunidad de Tres Pinos entregó un presente para el Altar de la Capilla San Francisco de Asís y San Sebastián Mártir, tras lo cual los presentes participaron en un compartir fraterno en el salón.
El Párroco de la comunidad, Padre César Pedreros, expresó que “es una alegría poder dar cúlmen a este proyecto que venía desde hace tanto tiempo, como un trabajo que se propuso la comunidad. Nosotros teníamos una capilla muy pequeña, a muy mal traer, con más de cuarenta años de servicio. Y la Junta de Vecinos de Caramávida, a quienes les agradecemos mucho, hicieron la gestión con el Proyecto Levantemos Chile y con Mininco, y junto a la Parroquia pudimos lograr este proyecto que fue diseñado por todos nosotros”.
“Ahora ya la podemos bendecir y eso es lo que nos tenía un poco ansiosos, que pudiese venir Monseñor Bernardo, y se cumple hoy la meta con una capilla llena, con rostros felices y sobre todo con el deseo de seguir evangelizando los sectores más rurales de nuestra comuna”, destacó.
Por su parte, la Animadora de la comunidad, Zoila Velásquez, manifestó su alegría y emoción, “porque ha sido un gran esfuerzo construir esta capilla, porque los pocos que somos queremos seguir adelante y darle gracias a Dios por la oportunidad de contar con nuestra propia capilla. Muchas gracias a todos los que ayudaron, a los que permitieron que esto se concretara y también por la bendición del Obispo. (…) Con la fe que tenemos creo que vamos a seguir adelante”.
