Con profunda alegría se vivió este 7 de abril la Fiesta de Cuasimodo en diversas comunidades parroquiales de la Arquidiócesis de Concepción, una tradición que se celebra en Chile cada segundo domingo de Pascua.
Se trata de una tradición que viene desde el siglo XIX, cuando los sacerdotes iban a caballo para llevar la Comunión a las personas enfermas que no habían podido acudir a recibirla el Domingo de Resurrección. Los sacerdotes eran acompañados por algunos feligreses para evitar que los asaltaran y les robaran el copón con el Santísimo Sacramento.
Esta tradición, que San Juan Pablo II calificó como “un verdadero tesoro para el Pueblo de Dios”, continúa hasta el día de hoy, y los sacerdotes fueron escoltados por “cuasimodistas” vestidos con sus tradicionales trajes, una Cruz y banderas de color blanco y amarillo.
Entre las comunidades que vivieron la tradicional Corrida de Cuasimodo se encuentran la Parroquia San Juan de Mata de Concepción, la Parroquia Sagrados Corazones de Jesús y María de Talcahuano, la Capilla San Miguel Arcángel de la Parroquia San Juan Evangelista de Lota, la Capilla de Tanahuillín de la parroquia Inmaculada Concepción de Santa Juana, la Parroquia San Juan María Vianney de Los Álamos, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Florida, la Parroquia Cristo Rey de Bellavista, la Capilla Santa Clara de la Parroquia San Francisco de Asís y la Parroquia Santa Cecilia de Talcahuano.
El Administrador Diocesano de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, afirmó que “la tradicional Corrida de Cuasimodo es una experiencia que tiene que ver con el anuncio de Jesucristo, con Jesucristo presente en la Eucaristía, que desde las mismas comunidades que celebran la fe, se comparte hacia los enfermos y los que sufren”.
“Por mi parte, tuve la oportunidad de vivirlo en la Comunidad Santa Clara y en varias comunidades de la Parroquia Santa Cecilia, y luego de un largo, pero muy hermoso recorrido, pudimos entregar la Comunión a muchos enfermos (…) Es muy importante reconocer la fe profunda, la devoción de las personas mayores y, de igual modo, de los enfermos al recibir a Jesucristo en la Eucaristía. Me hizo mucho bien poder ver ese testimonio y experimentar la emoción, muchas veces lágrimas en los ojos, y la esperanza frente a los dolores, sufrimientos y dolencias que experimentan las personas mayores y enfermas. Así que creo que la presencia de Jesús en la Eucaristía fue muy bonita y provechosa para cada uno de ellos y sus familias”, destacó.
Te invitamos a ver algunas fotografías de cómo se vivió la Fiesta de Cuasimodo en la Arquidiócesis de Concepción. Puedes ver más imágenes en este enlace.
