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Padre Javier Ossa asume como Moderador del Equipo de Gestión de la Parroquia Santa Madre de Dios

Publicado el: 13 Mayo, 2024

El sacerdote jesuita, Padre Javier Ossa, asumió como Moderador del Equipo de Gestión Parroquial de la Parroquia Santa Madre de Dios de Concepción, conformado por Sandra Cifuentes, Miguel Jofré, Marcela Peñaloza y Víctor Saldías, la mañana de este domingo 12 de mayo. Mientras que el Diácono Permanente, Raúl Garrido, fue adscrito como colaborador pastoral de la comunidad. 

La Eucaristía fue presidida por el Administrador Diocesano de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, junto al Provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones, Padre Sandro Mancilla; el Superior de los Padres Jesuitas en Concepción, Padre Luis Roblero; y los sacerdotes de la comunidad de los Sagrados Corazones, Padre Pedro León y Padre Erwin Harnisch.

Ser testigos

En su homilía, Monseñor Bernardo Álvarez agradeció a los Padres de los Sagrados Corazones, que acompañaron durante 12 años a la comunidad parroquial de Santa Madre de Dios, “por el impulso pastoral en favor de una Iglesia que quiere madurar, que quiere dar fruto y ser fiel en los tiempos en los cuales el Papa Francisco nos invita a ser una Iglesia sinodal, es decir, que camina junta, ser fieles en el seguimiento de Jesús”. 

“Agradecemos, de manera particular, por el carisma que nos ha invitado de manera significativa en la pastoral en favor de las personas y familias migrantes, por el trabajo en el consejo de gestión pastoral y económico, y por el acompañamiento que han sabido llevar adelante en esta hermosa comunidad, en medio de cada uno de ustedes”, agregó. 

Asimismo, valoró la disponibilidad y generosidad de los Padres Jesuitas, especialmente del Padre Javier Ossa, quien llegó hace algunos días desde Antofagasta. 

Haciendo alusión al momento de la lectura de los decretos, la profesión de fe y los juramentos de fidelidad, Monseñor Álvarez afirmó que “todo esto radica en el valor de lo que es la tradición de la Iglesia Católica, una tradición viva. De algún modo, somos testigos hoy, en el día de la Ascensión del Señor, de cómo se hace carne y realidad el mandato de Jesús (…) y tiene que ver con el testimonio”. 

“Somos testigos de cómo hace 12 años los Padres de los Sagrados Corazones tomaron esta tradición, la llevaron adelante con gran fidelidad, generosidad y misión, y hoy, una vez más, la Iglesia toma esta tradición con sus manos y la traspasa, en el nombre de Dios, a los Padres Jesuitas. Es un acto verdaderamente maravilloso. Si lo pudiéramos contemplar con profundidad, es el Espíritu Santo vivo, el alma de la Iglesia, el motor de la Iglesia, que la lleva adelante con la presencia viva de Cristo resucitado en medio de nosotros”, destacó. 

El Administrador Diocesano de Concepción enfatizó que la invitación, en este día, es ser testigos: Jesús nos confía la misión. Y llamó a aceptar este envío del Señor, dejar que el Espíritu Santo llene nuestros corazones, ir a anunciar y creer verdaderamente que “Él está en medio de esta comunidad y nos anima a la misión, vayamos junto con Él”. 

En el momento de la presentación de las ofrendas, representantes de los grupos presentes en la parroquia, llevaron al Altar los Énfasis Pastorales 2024 de la Arquidiócesis de Concepción. 

Caminar juntos

El Padre Javier Ossa S.J. comentó que si bien tiene experiencia en el mundo académico y en el trabajo con movimientos, nunca ha estado a cargo de una parroquia, pero ha “colaborado con párrocos y, en esa línea, ahora la colaboración será con una comunidad. Y yo tendré que ver lo que la comunidad quiere, por dónde está caminando y hacia dónde se dirige. Yo tengo que facilitar ese proceso”. 

En ese contexto, expresó su confianza y valoró esta “invitación a acompañar una comunidad, creo que también tiene que ver con una Iglesia más sinodal, que sea capaz de un diálogo y de que los sacerdotes aprendamos a acompañar a una comunidad más que a dirigirla”. 

Además, destacó la buena recepción y acogida de la comunidad parroquial y expresó su deseo de tener una relación fraterna con ellos: “Creo que vamos a hacer un muy buen caminar juntos y espero poder servirlos en lo que yo más pueda”

En tanto, Sandra Cifuentes, quien forma parte del Equipo de Gestión Parroquial, afirmó que reciben al Padre Javier “con alegría, con fraternidad y esperanza de que sigamos caminando juntos en este nuevo trabajo y desafío que ha hecho ya durante un año el equipo. Y esperamos contar con él, lo hemos conocido ya, se ve una persona muy agradable, grata de tratar y conversar, así que tenemos la fe de que podamos seguir caminando juntos”

En relación a la experiencia vivida durante este año como Equipo de Gestión Parroquial, agradeció al “Padre Erwin y al Padre Pedro que nos han acompañado y animado en este lindo trabajo pastoral. Y también a la comunidad, porque no somos nada si no tenemos a nuestra comunidad respaldándonos”. 

Una comunidad viva

El Padre Pedro León, quien acompañó al Equipo de Gestión Parroquial durante más de un año, expresó su agradecimiento a quienes lo conforman, pues “me enseñaron que yo no estaba por sobre, sino que estaba con ellos, preocupándonos de la vida de la parroquia. Y más aún agradecido con la comunidad, porque esta es una comunidad viva que, aunque van avanzando los años en sus miembros, hay mucho cariño, mucha energía y ese deseo de ser testigos del amor de Dios en estos barrios”. 

Además, animó a “a confiar en el equipo de gestión, en el Padre Javier, en el Diácono Raúl, pero sobre todo en el Espíritu que sigue actuando. La promesa de Jesús sigue viva, sigue presente en medio de la comunidad. Y su Espíritu se mueve, no sólo en la voz de los sacerdotes o de los ministros, sino que también en la comunidad y en el equipo de gestión”.

Si bien, luego de 12 años de acompañamiento, los Padres de los Sagrados Corazones dejan la comunidad de la Parroquia Santa Madre de Dios, el Padre Pedro León aseguró que “seguirán contando con nuestro cariño, cercanía y oración”. 

Al respecto, Sandra Cifuentes manifestó que si bien reciben con alegría a los Padres Jesuitas, también están tristes por tener que despedirse de los Padres de los Sagrados Corazones, quienes “nos enseñaron a caminar como comunidad, con fraternidad, con amor a Cristo. Nos enseñaron a renovar nuestra fe en cada Eucaristía. En estos doce años, que se han hecho muy cortos, aprendimos a trabajar unidos como comunidad, a mirarnos con amor y a caminar con alegría: Seguir a un Cristo que es amor, que es misericordia”. 

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